sábado, 18 de julio de 2015

CINCO AÑOS JUNTO A HITLER

Por Eduardo García Aguilar
El modesto y discreto soldado Rochus Mish pasó de 1940 a 1945 al lado de Adolfo Hitler, como miembro del equipo de escoltas y ayudantes del trágico líder alemán, tanto en la Cancillería, como en su nido de águilas de Berschtesgaden en los Alpes o en otros lugares a donde fue enviado como guardaespaldas, telefonista y mensajero.
Fue el último en salir del bunker de la Cancillería el 2 de mayo de 1945 después del suicidio de Hitler, Eva Braun y otros dignatarios del régimen, luego de la toma de Berlín por las tropas soviéticas, que lo tuvieron preso durante nueve años en Rusia.     
Al terminar su cautiverio, Mish regresó a Berlín, donde transcurrió su longeva vida en el relativo anonimato, hasta cuando se decidió a contar la experiencia al periodista de Le Monde Nicolas Bourcier en 2005, 60 años después de que terminó su aventura en el centro de una mítica leyenda.
En el libro Yo fui escolta de Hitler, publicado originalmente en Francia por la editoral Cherche Midi,  cuenta con lujo de detalles lo que le ocurrió y los azares y misterios que lo llevaron, como si nada, a compartir la vida de Hitler durante los cinco años más importantes de la historia de la humanidad en el último siglo, cuando el delirio de un hombre, del partido creado por él y su propio pueblo seducido por su magnetismo, llevó a practicar uno de los más espantosos exterminios conocidos por la humanidad y condujo al planeta a una guerra mundial atroz de la que aun no se recupera y que teme se repita en este siglo XXI de incertidumbres.
Huérfano desde niño, Mish, quien nació en 1917, creció con sus abuelos en Silesia escuchando historias de otras guerras anteriores como la que hubo contra Francia en 1871 y la muy devastadora Primera mundial de 1914-18, en las que su ancestro participó y sobre las que discurría a la hora del almuerzo y la cena.
El muchacho fue formado en la disciplina y la obediencia, la discreción y el esfuerzo de los pobres por esos viejos de otra época, durante los años del ascenso de Hitler iniciados desde desde 1923 en Munich y después de hacer estudios de impresión y gráfica conoció los años de auge del canciller y los tiempos de gloria de los Juegos Olímpicos de 1936 de Berlín, donde vio por primera vez llegar al Führer, quien era aclamado como un dios por el país entero.
Nunca imaginó Mish cuando lo vio por primera vez desde lejos en compañía de su tía en ese Berlín esplendoroso diseñado por el arquitecto Albert Speer y lloró de emoción, que unos años después habría de estar junto a sus aposentos día a día, listo a realizar cualquier gestión o necesidad de quien por su empecinamiento y locura habrá de ser recordado para siempre por la humanidad al lado de otros sanguinarios sátrapas destructores como Nerón o Atila.
Mish ingresó poco después al ejército y participó en las primeras movilizaciones del imperio nazi como la ocupación entre flores y vítores multitudinarios de Austria, de donde era oriundo el Führer, que fue, según él, un paseo donde no sonó ni una bala y donde incluso los soldados alemanes se daban el lujo de broncearse en los parques de Viena.
Resultó herido por el contrario durante la ocupación de Polonia, en el marco de la cual recibió balazos que le perforaron un pulmón y un brazo, por lo que fue considerado herido de guerra y enviado a recuperarse en diversos lugares donde lo atendieron como héroe.
En uno de esos hospitales conoció a otro soldado, hermano de un comanante nazi, que los invitó a reposarse en su finca durante unas semanas felices. Ese azar incomprensible habría de cambiar su destino. Debido a que el hermano de su amigo, cercano a quienes reclutaban los escoltas para Hitler, guardó una muy buena impresión del soldado invitado, Rochus Mish fue llamado a presentarse cuando hubo una vacante en el cuerpo del Begleitkommando de escoltas  de Hitler, que debía ser llenada con urgencia.
Mish fue llevado a la Cancillería y el asunto se definió en minutos. Poco después ya estaba a las órdenes del equipo como mensajero por los corredores del edificio o encargado de recibir a los invitados, guardar sus abrigos y estar pendiente para todo, siempre a unos pasos de Hitler.
La primera vez que lo vio por sorpresa al abrir una puerta para que su jefe inmediato saliera, descubrió que ese hombre a quien todos aclamaban era de voz suave, afable, quien al saber que era silesiano y hacía poco había sido reclutado para su cuerpo, lo envio como primera misón exterior a llevarle una carta y un pastel a la hermana del líder, residente en Viena, quien lo invitó a su vez al té y le preguntó como estaba su hermano.
Así transcurrieron los días y los años de Mish. Supo que Hitler recibía siempre un paquete con un pan especial que le enviaba una mujer del campo, conoció su gusto por la películas de Holywood, como Lo que el viento se llevó, y que una vez incluso vio la película donde Charles Chaplin se burlaba de él.
Estaba al tanto de los invitados que llegaban a acompañarlo en almuerzos y cenas de distracción, donde nunca se hablaba de política ni de guerra y varias veces coincidió a solas con Goëring o Rommel, con quienes conversaba mientras hacían antesala.
Y una vez por inadvertencia, porque nadie le dijo que ella estaba en la Cancillería, cuando iba a dejar cartas en los apsentos privados de Hitler, se llevó la sorpresa de encontrar en su cama a la bella Eva Braun, semidesnuda, con una pequeña camiseta nada más, quien con signos le dio a entender que no era grave y sobre lo cual nunca más se habló.
En el nido de águilas de Bershtesgaden, la residencia personal situada en los Alpes y a unos kilómetros de Salzburgo, Mish presenció las fiestas que hacía Eva Braun con sus amigas cuando Hitler estaba lejos, durante las cuales se bailaba fox trot hasta muy tarde.
Hitler conoció a Eva en una tienda fotográfíca de Munich, a donde iba a hacerse captar en poses diversas y desde entonces fue su amada no oficial hasta cuando, según la leyenda, sellaron su pacto suicidándose cuando todo estaba perdido. El fiel Rochus Mish sería el último en ver su cadáveres en un sofá antes de salir del búnker y ser detenido por los rusos. Y como muchos otros nazis, este hombre modesto, vivió una larga vida tranquila en Berlín, no lejos de donde experimentó la más extraordinaria aventura que le pueda ocurrir a un mediocre.
    

lunes, 13 de julio de 2015

PRIMERA CITA CON PLUTÓN

Por Eduardo García Aguilar
 
Después de nueve años de viaje, la nave New Horizons de la Nasa llegará este 14 de julio a Pluton, que durante mucho tiempo fue considerado el último planeta del sistema solar, pero desde hace unos años fue retrocedido al rango de planeta enano, comparable a otros múltiples astros postneptunianos del cinturón de Kuiper, 1.600 de los cuales ya han sido detectados por los astrónomos.
La nave, de media tonelada, lanzada en 2006 a una velocidad de 49.000 kilómetros por hora, ha logrado recorrer los espacios lejanos del sistema solar y si todo marcha bien, deberá ofrecernos las primeras fotografías de alta calidad del planeta y de sus lunas Charon, Hydra y Nixa, situados a una distancia en este momento de 4.700 millones de kilómetros de la tierra.
Descubierto por el joven astrónomo Clyde Tombaugh el 18 de febrero de 1930, este astro de roca y hielo alimentó a lo largo de casi un siglo la imaginación de adolescentes y adultos amantes de la lejanías siderales, asociado a sus vecinos y antecesores Urano y Neptuno, en la zona más remota del sistema solar.
Hace apenas una semanas veíamos en el cielo hacia el crepúsculo la conjunción de Venus y Júpiter, alineados con la tierra en su órbita alrededor del sol y durante unos días podíamos colocarnos en la atalaya terráquea y sentirnos en un viaje interplanetario, percibir con toda claridad la luminosidad de ese lajano planeta gaseoso, el mayor del sistema solar, al lado del brillo espectacular del lucero más intenso del firmamento. Una forma oblicua y tangencial de sentirnos en el sistema solar como pocas veces podemos hacerlo y percibir nuestra pertenencia al mismo desde la infinita pequeñez humana, a sabiendas de que una vez terminado nustro ciclo terrestre todo aquello seguirá su curso ineluctable.
Aparte los detalles científicos de la aventura de New Horizons, que llevará a conocer el comportamiento de la superficie de Plutón y los movimientos de sus hielos y la frágil atmósfera, la visita al lejano astro nos confirma la continuidad de la investigación humana, más de medio siglo después que otras naves comenzaran a sobrevolar planetas cercanos como Mercurio, Venus y Marte y enviaran a tierra las fotografías magníficas de sus superficies llenas de cráteres y extraños valles desolados.
Los niños o adolescentes de entonces coleccionábamos las fotos reproducidas en los diarios y las revistas de entonces y comentábamos con los más duchos en materias científicas, en mi caso mis amigos y vecinos León Duque Orrego y Carlos Augusto Gonzáles, el inicio de una aventura que no cesa y que nos maravilló con la espectacular llegada del hombre a la Luna en 1969.
Después otras naves llegaron a planetas aun más lejanos y gaseosos como Saturno, Júpiter, Urano y Neptuno y pudieron explorar de cerca los fascinantes satélites de aquellos astros, plenos de sorpresas, océanos, géysers, superficies heladas, mares subterráneos y comportamientos que aun deben revelarse y alimentarán en las próximas décadas la imaginación de nuevos niños, adolescentes y adultos con sed de conocimiento.
Al mismo tiempo la aventura del telecospio Hubble y el trabajo minucioso de hormigas de todos los astrónomos en los observatorios del planeta han contribuido ha realizar una amplia cartografía del universo desde el Big Bang, comunicándonos imágenes jamás imaginadas de lejanas galaxias en colisión o explosión, nubes infinitas flotantes que son vestigios de catástrofes y apocalipsis y huecos negros devoradores de materias secretas; o revelándonos la existencia de sistemas solares y miles de expoplanetas, muchos de ellos similares a la Tierra.
Ya desde la Antigüedad y mucho antes de ella, el hombre tuvo la mirada fija en los astros y reguló sus calendarios y estaciones observando con exactitud la rutina de los astros visibles, la confluencia periódica de los mismos y construyendo pirámides o edificios en honor de las ineluctables citas astrales que fascinaron a todas las grandes civilizaciones milenarias surgidas en el Indus, Mesopotamia, en el Nilo, o entre nosotros, en las alturas de Machu Pichu o en los terrenos donde vivieron los avanzados y geniales mayas, que construyeron Palenque, Tikal y Chichen Itza, u otras civilizaciones mesoamericanas, como la que trazó Teotihuacán, cuyos secretos están aun por revelarse.
Todas esas ciudades y templos fueron inspirados por la relación permanente del hombre con el cosmos, el espacio infinito y los astros y galaxias que los pueblan. Miles de años de transmisión de conocimientos de padres a hijos fueron creando el catálogo de los eclipses y las confluencias y el surgimiento de esas élites sabias y poéticas que establecieron la relación entre la luna y las mareas y escrutaron las leyes del tiempo.
Con la llegada a Plutón este 14 de julio de la nave New Horizons se cumple un nuevo episodio del capítulo relativo del Sistema Solar, nuestra vecindad, pero en las próximas décadas y siglos seguirá la aventura para escrutar los misterios aun escondidos en los planetas y lunas cercanas, tal y como lo prueban la peregrinacion de la nave Curiosity por la superfice de Marte o la visita de la nave Philae a un cometa que se acerca al sol.
New Horizons solo pasará como un bólido unas cuantas horas por el vecindario de Plutón y sus lunas, para seguir la ruta hacia los confines oscuros del cinturón de Kuiper y explorar otros astros similares que aun están por definir en esa última zona del sistema solar. Pero durante esas horas recopilará material suficiente para que los cientificos trabajen en las próximas décadas, hasta que una nueva nave visite el astro y tal vez lo orbite.
Pero esta aventura y otras aun más fascinantes serán posibles, siempre y cuando el hombre, amigo de las guerras y las más espantosas atrocidades, no se autodestruya en alguna nueva guerra mundial, para la cual cuenta con todas las armas atómicas y nucleares disponibles. En ese caso, las naves lanzadas por la humanidad registrarán desde lejos la más absurda implosión de un planeta poblado por una depredadora especie autodestructiva y asesina.  
 * Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. 12 de julio de 2015. 

domingo, 5 de julio de 2015

SOÑAR CON GRECIA

 Por Eduardo García Aguilar
En estos tiempos caniculares que sacuden buena parte de Europa, todas las miradas están fijas en Grecia y su capital Atenas, donde los manifestantes el viernes por la noche se reunieron, unos en la Plaza Syntagma para decir No a la austeridad eterna, y otros en el estadio donde se celebraron los Juegos Olimpicos de1896 para defender el Si a las exigencias de los acreedores.
Como en los tiempos de Lord Byron y los románticos europeos que soñaban con liberar a Grecia de las garras del imperio otomano y salvarla para Europa y Occidente, ahora los jóvenes indignados del sur europeo apoyan al joven líder Alex Tsipras, que supo poner en jaque a la tecnocracia que manda desde la capital de la Unión Europea, Bruselas, y les lanzó a la cara una nueva lección de Democracia, una palabra que surge de las ágoras griegas y de los viejos partenones.
Puesto que este continente se considera fundantalmente greco-latino y basa su cultura intelectual y estética en todos los inventos culturales que se dieron en esa península hace miles de años con filósofos, poetas y dramaturgos que deambulaban por las plazas, bajo las columnatas dóricas y la estatuas perfectas de los cuerpos de atletas y diosas, esta nueva tragedia provocada por la avaricia del dios dinero parece a muchos la repetición de una vieja historia sin oráculos.
¿Tragedia o Comedia? Se preguntan quienes miran en las pantallas las imágenes de ese joven líder inexperto que cumple la palabra y convoca a su pueblo a un referéndum,  cuestionando de esa manera la falta de consultas de una nomenclatura, que sin ser elegida, decide por millones desde oscuros gabinetes en Bruselas o en el parlamento de Estrasburgo, donde dominan quienes defienden el sistema imperante desde hace décadas y unas veces salvan bancos y magnates y otras piden que la carga de las deudas y sus intereses gigantescos pese sobre trabajadores y jubilados, enfermos, viudas y niños.
Parece mentira, pero es cierto, miles de años atrás en Grecia unos hombres extraños inventaron todo. Por eso podemos soñar hoy con lo que dirían Diógenes y Sócrates si estuvieran presentes en la plaza Syntagma o en la Acrópolis viendo las aglomeraciones y escuchando los discursos de sus lejanos descendientes. Sería bueno preguntarle a Esquilo, Sófocles y Eurípides sobre lo que ocurre y estudiar a los centenares de galenos, juristas y estrategas que dejaron sus huellas en libros reales y concretos que la humanidad rescató en el medioevo al interior de los conventos y sigue leyendo todavía. Aristóteles, Platón, Pericles, los cínicos y los epicúreos y tantos otros sabios serían de gran utilidad en estas jornadas dramáticas en tiempos de dominio total de la fría plutocracia del cálculo y el interés por sobre la pervivencia de humanos, animales y su naturaleza.
La imagen de un viejo jubilado que llora desamparado frente a un banco y es retirado por agentes, es el emblema de esta nueva tragedia contemporánea donde los reyes Midas de las finanzas propugnan por medidas que afectan en especial a los pobres, para salvar a toda costa a los banqueros que durante décadas prestaron alegremente a este pequeño país de unos cuantos millones de habitantes, que viven del turismo, las artesanías y la pesca.
En los tiempos del derroche, fluían para el país donde se originó la Democracia miles de millones de euros destinados a la celebración de faraónicos Juegos Olímpicos que solo dejaron deudas y la resaca de una fiesta dionisíaca. En ese entonces tecnócratas, líderes locales, magnates y contratistas mafiosos se llenaron los bolsillos a manos llenas sin pensar que un día tarde o temprano la deuda caería como espada de Damocles sobre sus cabezas. 
Lo mismo sucedió en Portugal, España, Grecia, Chipre e Italia, donde las inyecciones de euros solo sirvieron para alimentar el delirio de la burbuja inmobiliaria y la construcción de elefantes blancos, aeropuertos inútiles, multicentros, estadios, edificios gubernamentales, ruinas artificiales, por los que todos los corrruptos cobraban porcentajes y mordidas, timando a los pobres incautos que a su vez se endeudaban con facilidad usando tarjetas de crédito o comprando apartamentos o condominios mediocres a precios absurdos, con intereses eternos e impagables.
Todo eso se derrumbó como un castillo de naipes, pero los tecnócratas y los estrategas de Bruselas son los primeros responsables del delirio que estalló con la gran crisis financiera de 2008. Cinco años de negociaciones no han conducido a nada y los grandes acreedores quieren seguir aplicando las mismas medidas de austeridad que dejaron en la ruina a los españoles y portugueses humildes, alejándolos de toda esperanza.
Por eso los jóvenes rebeldes de Siryza en Grecia han sacado de la manga la palabra referéndum y decidieron consultar otra vez en el ágora a su pueblo, ante el estupor de magnates y tecnócratas, porque se niegan a traicionarlo después de recibir un mandato claro contra la austeridad en elecciones hace seis meses.
Sin saberlo o sabiéndolo, Tsipras y su carismático ministro de Economía Varoufakis, están haciendo historia como sus milenarios antecesores: un lustro de remedios inútiles y dictados desde Bruselas no conducían a niguna parte y había que ensayar otras recetas.

No sabemos el desenlace de la tragedia, pero al menos los débiles del margen han mostrado coherencia y alzaron la voz a los paternalistas locos que les prometían austeridad eterna para incrementar y proteger a toda costa las ganancias gigantescas de multinacionales, accionistas millonarios y bancos. Desde su barril, rodeado de perros sabios, el cínico Diógenes lanza una carcajada al futuro que se escucha en un ágora que ahora es mundial y casi planetaria.
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* Publicado en Expresiones. Excélsior. México, D.F. 5 de julio de 2015.