domingo, 4 de febrero de 2018

EL MUNDO DE LOS LIBROS

Por Eduardo García Aguilar
El diario Le Monde dedicó esta semana parte del último número de Le monde des livres (El mundo de los libros) a celebrar con un poco de retraso el cincuentenario de su fértil existencia, ya que fue fundado por Jacqueline Piatier el 1 de febrero de 1967 y desde entonces se ha convertido en la principal referencia de las novedades editoriales en uno de los países donde se ha vivido y vive aún la vida literaria con mayor entusiasmo.
En los 70, cuando alcanzó la velocidad de crucero en los años gloriosos de prosperidad y esperanza posteriores a mayo del 68, la publicación, que aparece desde entonces cada jueves, se volvió rentable gracias a la publicidad de las editoriales y llegó a reseñar más de 1300 novelas o ensayos por año. Sus lectores coleccionan los números que se vuelven intemporales dado el rigor de los reseñistas y el largo camino de los autores, que de una novedad inadvertida pasan a veces a convertirse en figuras de culto, como ocurrió en Francia con Pierre MichonAnie ErnauxHouellebecqPascal Quignard y Virginie Despentes, entre otros muchos.
Le monde des livres es casi como una pequeña universidad de la lectura, pues los coleccionistas, cuando remueven sus archivos, se encuentran con sorpresas y repasan el largo historial de este interminable camino de las letras contemporáneas y pasadas que no tiene fondo ni fin posible, como un caleidoscopio de galaxias de palabras, imágenes e ideas. Y con dolor, cuando llega la hora de abrir espacio en las habitaciones, deciden botar a la basura centenares de ejemplares de este vital elemento nutritivo del espíritu. Y a medida que llenan las bolsas de basura ven desaparecer poco a poco las imágenes de RousseauVoltaireSadeGeorge SandChateaubriandBalzacProustColetteCélineMalraux y tantas otras glorias que en sus aniversarios ha celebrado el suplemento, cuando no las imágenes de WhitmanFlora TristánConradDickensTolstoiLord ByronVirginia WoolfHemingway Samuel Beckett.       
La cronista Raphaëlle Bacqué se sumergió en los archivos de este suplemento literario para contarnos el largo reino de su fundadora hasta su jubilación y las peripecias vividas por sus directores posteriores, entre ellos François Bott y la muy conocida Josyane Savigneau, que durante su permanencia hasta 2005 le dio gran dinamismo a la publicación, no exento de polémicas acerbas, en especial por la presencia en sus columnas del escritor Philippe Sollers o por sus decisiones editoriales independientes, que la llevaron a su evicción y posterior exilio interior en el periódico, como lo relata en un aciago libro.
Cada jueves, a lo largo de este medio siglo, lectores, bibliófilos, bibliomaniacos y bibliópatas se precipitan a los kioskos y después se sientan en el café para hojear en calma un suplemento, donde conocerán las novedades con artículos escritos por los reseñistas profesionales de la casa o escritores o críticos conocidos. Por el auge invicto de la novela como género preferido de los lectores, el suplemento ha dado cuenta de grandes obras escritas en este medio siglo, como fue el caso de la traducción de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, hecha por el editor Claude Durand y su esposa, que primero pasó algo inadvertida y fue relanzada gracias al tacto de su directora y colaboradores alertados por él éxito subterráneo del libro.
SoljenitzinPhilip RothToni MorrisonAlbert CohenUmberto EcoLe ClézioPatrick ModianoJuan MarséJavier MaríasNadine GordimerElfriede JelinekHerta MüllerElena Ferrante, son algunos de esos miles de novelistas locales y extranjeros que llamaron la atención de los críticos y ocuparon sus portadas a lo largo de este tiempo. Pero lo que lo ha convertido en un suplemento de colección son los artículos sobre libros filosóficos, historiográficos, lingüísticos, arqueológicos o de fenómenos de sociedad, abordados por expertos. Sus páginas acudieron a los principales historiadores cuando se celebró el bicentenario de la Revolución Francesa en 1989, lo que dio lugar a una revisión en regla de ese acontecimiento histórico mitificado en torno al que confluían a veces con emoción e irracionalidad todas las tendencias políticas opuestas y cuya crítica encendida hizo François Furet. También sus páginas abordaron la irrupción espectacular de un pensador como Michel Foucault, que removió las entrañas de muchos temas y cuyos libros siguen siendo décadas después de su muerte de gran actualidad.
Además de abordar las novedades de Simone de BeauvoirYourcenarFrançoise HéritierSusan SontagLévi-StraussBarthesDeleuzeJacques Derrida y tantos otros pensadores de ambos sexos, el suplemento ha sido también una ventana crucial para exponer el largo camino de los movimientos feministas desde su irrupción en Estados Unidos con Kate Millett y Camille Paglia, entre otras teóricas subversivas, y en Europa con toda una pléyade de autoras surgidas en las manifestaciones del Movimiento de Liberación Femenino (MLF) que conquistó en su momento el derecho al aborto y luchó por la liberación de las costumbres, tema que sigue siendo de gran actualidad y se ha extendido con mayor amplitud a los derechos LGTB y a los temas de género.
Nicole ZandRapahëlle LeyrisPierre LepapeMichel BraudeauPhilippe SollersRoger-Paul Droit son algunos columnistas permanentes que dieron savia a esas páginas y que están inscritos en su historia, escritores y periodistas que cumplen la tarea de comentar lo escrito por los otros y hacer el mapa de las letras en el viaje efímero de la fama y del olvido. Cuando en casi todos los países desaparecen los suplementos literarios y son reemplazados por secciones de entretenimiento o de publicidad para best-sellers, la existencia de Le monde des livres es una proeza que da aliento a los defensores de la cultura y las humanidades.
*Publicado en Expresiones. Excélsior. México. Febrero 4 de 2018.

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