sábado, 15 de noviembre de 2025

CUATRO DÉCADAS Y VARIAS TRAGEDIAS SUCESIVAS


Por Eduardo García Aguilar 

Hace 40 años, en el segundo semestre de 1985, sucedieron varias tragedias sucesivas que marcaron mi vida y la de muchos colombianos y mexicanos y sorprendieron al mundo por la absurda coincidencia y continuidad del desastre, cuando al mismo tiempo el mundo enfrentaba la aparición de la terrible epidemia de sida, que mató a millones en el mundo.

Como yo vivía en México en ese entones, fui testigo del terremeto del 19 de septiembre que afectó especialmente a la Ciudad de México, construida sobre el antiguo lago de Tenochtitlán, por lo que los efectos de los sismos se multiplican allí de manera exponencial en los batrrios que reposan al interior de los límites de ese lago, que era el centro de la próspera capital prehispánica de los aztecas descubierta y conquistada por los españoles.

A las 7 y 19 de la mañana un temblor de magnitud 8,1  grados, de los más fuertes jamás registrados, empezó a cimbrar la urbe, en especial los barrios tradicionales y céntricos de la ciudad, como la colonia Roma, donde vivía en aquel entonces en un edificio llamado la Casa de las brujas, donde la leyenda cuenta que vivió el joven Carlos Fuentes y su mujer, la actriz Rita Macedo, además de decenas de artistas, músicos, académicos y escritores como Sergio Pitol, Guillermo Fernández o Vicente Quirarte.

Gracias a la antigüedad del edificio construido en tiempos del general Porfirio Díaz, salvamos la vida, pues después de que  yo me despidiera de la vida con mi hija Oriana de menos de un año en los brazos, cesó el atroz bamboleo del edificio, convertido en un barco ebrio a la deriva. El histórico edificio resistió mientras decenas de edificios modernos, entre ellos rascacielos, hospitales, teatros y hoteles  se depslomaron dejando miles y miles de muertos entre los escombros, desde donde empezó a emanar un olor pestilencial.

Dos semanas después nos llegó a los colomnbianos residentes en México la terrible noticia del ataque del palacio de Justicia por el M-19 y la retoma por parte del ejército, que dejó el monumento carbonizado y un saldo de un centenar de muertos, y decenas de desparecidos que aun se buscan, una tragedia que sigue estremeciendo a Colombia y es discutida como si hubiera sido ayer.

Días después, a la desgracia del Palacio de Justicia, se agregó la erupción del venerable volcán nevado del Ruiz el 13 de noviembre, que provocó un deshielo y una avalancha bíblica que arrasó a la ciudad de Armero y dejó un saldo de decenas de miles de muertos y destrucción generalizada en varias laderas, como había dejado antes el mismo terremoto mexicano. El presidente colombiano Belisario Betancur, que había intentado la paz, era un humanista y amaba la cultura, quedó marcado para siempre por estas tragedias y guardó silencio después. Y en México la inacción total del gobierno de Miguel de la Madrid, abrió el camino al fin de la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional y al cierre de una época.

No solo había vivido yo en carne propia y sobrevivido al sismo, sino que ahora la desgracia afectaba al volcán que vi desde niño en las alturas de la cordillera en mi ciudad natal Manizales. Ahora, mucho tiempo después, parece increíble que una sucesión de tantas tragedias se hubiera ensañado en tan poco tiempo en dos países hermanos.  

En aquel entonces, después de haber  trabajado varios años en el diario Excélsior, en la sección cultural dirigida por Edmundo  Valadés, escribía para el diario Uno más uno, donde publiqué crónicas inmediatas sobre dos de esos acontecimientos sucedidos en dos países amados que afectaron a tantas personas cercanas y siguen siendo improntas históricas para todos, tanto en México como en Colombia. La crónica sobre el terremoto está en Urbes luminosas y la del volcán del Ruiz, a donde había subido varias veces en excursiones, quedó en las páginas de aquel diario mexicano. Las campanas doblan cuatro décadas después para recordarnos que las tragedias, como las griegas, siempre están a la vuelta de la esquina en la vida de humanos, vegetales, piedras y animales.

----  Publicado en  La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 16 de noviembre de 2025.