La Sonata a Kreutzer de León Tolstói es una novela que más de un siglo después de ser publicada en 1889 sigue siendo muy contemporánea, al plantear problemas agudos de sociedad sobre temas de género y la relación conflictiva entre hombres y mujeres, presos en el engranaje de las costumbres y las tradiciones sociales y religiosas. El gran Tolstói es un precursor de la corriente en boga en este siglo XXI en la novelística mundial, lanzada a temas autobiográficos sobre violación, pedofilia, homosexualismo, transgénero, suicidio, discapacidad, locura, poliamor, infidelidad, feminicidio y todo tipo de dramas sociales de clase, racismo o etnicidad contemporáneos.
Pero
además, es una novela corta y trepidante que consiste en el diálogo que
sostienen varias personas al interior de un tren durante un largo viaje
de varios días. Es asombrosa la modernidad de sus técnicas, que bien
podrían emparentarse con el periodismo investigativo que escruta los
problemas actuales de la sociedad en el mundo. Son magistrales también
sus descripciones de carácter, así como de paisajes o ambientes
interiores, y su aguda penetración psicológica.
Tolstói,
que vivía una crisis matrimonial que lo llevó anciano a huir como un
marginal perdido en frías estaciones de trenes de provincia, se desnuda
en esta obra que es una metáfora de sus pasiones, en especial los celos
enfermizos y su carácter colérico de viejo patriarca machista. La novela
provocó un escándalo nacional hasta el punto que el propio Tolstoi
agregó después un postfacio donde explica las razones que tuvo para
escribir el libro y hasta su esposa Sofía también escribió para
defenderse, al sentirse herida, pues la historia de infidelidad real o
imaginaria con el violonista, que es el nudo de la novela, la
involucraba a ella.
El
tema central es la denuncia del matrimonio tradicional, el recurso
generalizado a la prostitución por parte de la juventud y el proceso
creciente de emancipación de la mujer, que ya no soporta el papel único
de reproductora en serie bajo el mando de los patriarcas o jóvenes
aristócratas con los que fueron casadas muy jóvenes por conveniencia
social y económica.
Tolsói
plantea que el matrimonio cristiano de esa época era un acuerdo infame
en el que se entregaban las muchachas oficialmente a la depravación y la
violación de hombres jóvenes y viejos adictos a la prostitución y a los
burdeles. El libro es una diatriba brutal contra el amor romántico que
según él esconde una esclavitud oculta, por lo que el autor recibió
miles de cartas de sus lectores asombrados o asustados.
Aborda
el tema del deseo sexual de la mujer que renace después de haber sido
obligada a múltiples partos. Se van desgranando desde diversos ángulos
las historias de amores frustrados que muestran las tensiones que vivía
la sociedad rusa de la época. A la vez asistimos a un relato que parece
la crónica de una muerte anunciada que avanza con una velocidad
desbordada y una efectividad que muestra el talento brutal de León
Tolstói en sus años finales, cuando su temperamento rebelde y la
originalidad están exacerbados casi hasta la locura.
Sus
grandes obras siempre describieron los medios de la alta sociedad de
donde provenía, con sus fiestas, intrigas económicas, amorosas,
hereditarias, así como la guerra y el destino cruzado de los seres
humanos atrapados en las telerañas de las convenciones sociales
bendecidas por el Zar y los popes ortodoxos, el peso de las costumbres y
las leyes sociales que causaban en aquellas esferas una larvada guerra
de sexos que podía llegar a ser mortal.
Así
como en la gran obra Eugenio Oneguin de Alexandre Pushkin, descubrimos
que casi todos los hombres de esos altos medios tarde o temprano mueren o
resultan heridos por duelos de honor o por su participación en las
guerras, en la obra crepuscular de Tolstói vemos como cruje la sociedad
del tiempos de los zares, cuando se vislumbran ya hacia futuro las
chispas de revoluciones y cataclismos sin fin que llevarán a la
extinción de una época con la muerte del Zar y su familia y el ascenso
de los bolcheviques. Tolstoi sigue ahí en la cúspide de su genio
literario, invitándonos desde su faro inmortal a seguirlo, pues la
literatura no es para entretener, sino para sacudir y estremecer a las
sociedades.
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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 25 de mayo de 2025.
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