Por Eduardo García Aguilar
Este miércoles 25 de febrero
reapareció la revista Charlie Hebdo después de una larga convalecencia de más
de un mes, convertida de repente en una millonaria publicación mítica con la
que se identificaron en Francia, Europa y el mundo los defensores de la
libertad de expresión, la tolerancia y el derecho a disentir y burlarse de religiones,
fanatismos, dictaduras y totalitarismos. Se desempolvó de repente el viejísimo
espíritu volteriano del dieciochesco Siglo de las Luces, que repareció en el
siglo XXI con su mensaje de libertad, laicidad y separación entre iglesias y Estados.
El 14 de enero, una semana
después de los atentados en que resultó diezmada casi toda la redacción de la
publicación satírica y en medio de la conmoción nacional y mundial por la
muerte de los más viejos y famosos caricaturistas del país, Wolinski y Cabu, entre
otros, apareció un número de portada color verde con el dibujo de un profeta
lagrimeante que afirmaba “Je suis Charlie”, y un encabezado con la frase “Todo
está perdonado”. Escondidos en un búnker prestado por el diario Libération, los
sobrevivientes de la redacción de Charlie Hebdo, que temían ser rematados en cualquier
momento por haber escapado a las balas
de los asesinos, tuvieron el valor de reunirse y armar, gélidos y temblorosos
todavía, un número en caliente, rápido, que al aparecer provocó desde la
madrugada colas enormes en los puestos de periódicos de todo el país, a donde
el público acudió en masa y compró unos 8 millones de ejemplares de ese
histórico número de colección, el 1178.
El nuevo director, Riss, con
el costado derecho aun inmovilizado por las balas que percutieron su homoplato y
el caricatursta Luz, quien se salvó de milagro por llegar tarde, así como el
médico urgentista Patrick Pelloux, el primero en auxiliar a sus 12 amigos y
colegas ejecutados, y otros colaboradores aun traumatizados, paranoicos,
insomnes, lograron la resurreción casi por milagro de la publicación, pese a
que los yihadistas salieron por las calles cercanas a Bastille a celebrar la
masacre al grito de “Matamos a Charlie Hebdo”, un grito que resuena desde
entonces en las calles de París y obedecía a las órdenes del más oscuro
califato surgido en los últimos tiempos, el que ahora destroza y demuele
monumentos y figuras milenarias de Nínive y Babilonia en los museos de Irak, y
cuelga, lapida, degüella y fusila seres humanos sin cesar. Desde entonces las
redacciones de los pricipales diarios y revistas europeos son custodiados por
policías armados, así como escoltadas muchas figuras públicas que han escrito o
hablado en solidaridad con el medio y respondido a quienes creen que debemos
callarnos y ceder el derecho a la sátira ante al amenaza de los asesinos,
vestidos de negro, enmascarados y quienes actúan con la misma frialdad que los
exterminadores nazis.
En un lúcido editorial, Riss,
amenazado como todos por una fatua implacable del califato, expresa con
palabras escritas a mano y algunas imágenes todo lo que significó el atroz
acontecimiento. Con palabras muy claras, dice lo que ya muchos tienen miedo a
decir, y esto porque los criminales yihadistas actuaron de nuevo en Copenhage
la semana pasada para tratar de ejecutar a otro caricaturista, el sueco que
dibujó al profeta y a una serie de personas de la cultura que debatían en un
salón del centro de la capital danesa sobre la libertad de expresión. Aunque
tal vez la redacción de Charlie Hebdo no tenía la intención manifiesta de volver
a insistir sobre el tema, la acción armada en Dinamarca los obligó a abordarlo,
pues siguió el mismo guión aplicado en París los días 7 y 9 de enero, atacando
primero a los caricaturistas heterodoxos y luego a un lugar judío. Riss dice
que cuando él, Luz y el asesinado ex director Charb llegaban jovencitos a Charlie
Hebdo a proponer sus caricaturas mordaces, pensaban “que estaban protegidos por
el sacrosanto derecho a la libertad de expresión, pero se pregunta ahora quien
tendrá deseos de luchar por el derecho a la blasfemia, quien tiene deseos de
desafiar las religiones, si para hacerlo hay que terminar protegido por diez
policías 24 horas sobre 24” y responde “Nadie”, él, que se despierta todas las
noches aun cuando oye un ruido porque piensa que ya vuelven a exterminarlo.
Riss agrega en este número 1179 de portada color rojo, que “los ataques de París y Copenhage
son antes que todo contra una concepción moderna de las relaciones entre
individuos, contra la pluralidad de las ideas y de los hombres. Durante siglos,
las religiones cuestionaron con violencia esos valores. La época moderna parecía
haber ganado para la razón a las religiones retrógradas y su pretensión hegemónica
sobre los hombres y los espíritus. Los ataques de París y Copenhage indican que
se requerirá todavía tiempo y sangre para que todas las religiones acepten defnitivamente
ese marco democrático no negociable”.
El escritor y crítico literario
Philippe Lançon, a quien le volaron el maxilar, relata cuando vio a un metro de
distancia el cerebro vertido del anterior director Charb, destrozado por las
balas. El autor cuenta su estadía en el hospital, las diversas operaciones y
sus paseos, ya más recuperado, por los pasillos del hospital, custodiado por sus
guardaespaldas en medio de cavilaciones e inquietudes que no cesan.
El nuevo número de Charlie Hebdo
es sustancioso porque sigue cumpliendo su función satírica y vuelve a mostrar
el talento de los dibujantes que llevan la antorcha prendida del erotismo, lo
grotesco y la burla de políticos y poderosos y por medio de entrevistas a
expertos aborda con serenidad el yihadismo y la religión islámica y las
religiones en general, donde la duda está prohibida. Y discrepa con elegancia de
quienes los culpabilizan y dudan de la necesidad de la sátira antirreligiosa y del
erotismo a ultranza de los dibujantes libres de todos los países del mundo. Sin
ellos dictadores, corruptos, mojigatos y ayatolás ganarán para siempre la
partida. Por eso los caricaturistas se han vuelto ahora las primeras víctimas
de la intolerancia en un mundo desquiciado.
* Publicado en Excélsior. México D.F. Domingo 1 de marzo de 2014.