Por Eduardo García Aguilar
El
cineasta Rodrigo García Barcha está casado desde 1995 con Adriana, la
hermana de la nueva presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, quien por lo
tanto no solo es su cuñada, sino la tía de las nietas de Gabriel García
Márquez, Isabel e Inés.
García
Márquez tenía el extraño sino de convertir todo lo que tocaba en oro,
las palabras, los amigos, y por eso ya ungido por la lengüeta de fuego
de la gloria atraía a los poderosos del mundo o los más pobres de México
que acudieron en masa al Palacio de Bellas Artes a despedirse de él
como lo hicieron con Cantinflas y Maria Félix.
No
es extraño entonces que la primera mujer presidenta de México en la
historia, lo que es un acontecimiento, sea una familiar del
patriarca de Aracataca y que las nietas del Nobel por el lado de su
talentoso hijo Rodrigo lleven en sus venas de manera simultánea la
sangre del Nobel y de la mandataria Sheinbaum, primera mujer en gobernar
el país.
Cuando García
Márquez llegó a México y se ganaba la vida dirigiendo revistas de
farándula, en agencias de publicidad o haciendo guiones
cinematográficos, el exquisito escritor mexicano Salvador Elizondo ya
era una estrella nueva que ascendía sin saber que mucho tiempo después
se encargaría de cuidar a los nietos del Nobel colombiano, ya millonario
y consagrado, pues su hija Pía se casó con Gonzalo, el hijo menor del
autor de Cien años de soledad.
Eso
me dijo él con mucho sentido del humor y con resignación una tarde que
fui a ver al autor de Farabeuf en su casa de Coyoacán, donde vivía con
su esposa la fotógrafa Paulina Lavista, y en un viejo corredor florido,
frente a un patio lleno de árboles y macetas, estuvo bromeando sobre los
colombianos que conocía, muchos de los cuales, según él, usaban
corbata, mientras los nietos suyos y de GGM correteaban por ahí.
Nadie
entendió como el excéntrico "caso perdido" bigotón costeño que
impulsaba en México Alvaro Mutis llegaría a la gloria en vida por
sorpresa en solo unos años, mientras que sus contemporáneos mexicanos
consagrados en los años 60, hombres y mujeres, terminaron casi todos en
el olvido.
La llegada de la
brillante física y política Sheinbaum a la presidencia de México
también se puede ver como un milagro macondiano, pues Andrés Manuel
López Obrador, tras una lucha en el margen de varias décadas, dado por
muerto y derrotado para siempre muchas veces, logró conquistar el
corazón del país y derrotar a las poderosas élites corruptas y
plutocráticas del PRI y el PAN y tras un sexenio en la presidencia
culminó con una aprobación nacional contundente del 80%.
Sheinbaum
llegó a la presidencia con una votación a su favor aun más fuerte que
la de su mentor y con un dominio total en el Congreso, lo que garantiza
para su sexenio años de estabilidad. En la Presidencia la secundará el
nieto del general Lázaro Cárdenas, que lleva el mismo nombre de su
mítico abuelo. Y está rodeada por un equipo de hombres y mujeres de
primer nivel.
Su
inteligencia, modernidad y honestidad política, y su gracia, fraguados
desde cuando era combativa líder estudiantil en los años 80 del siglo
pasado en la Universidad Nacional Autónoma de México, son garantía de
que puede llegar a ser una gran mandataria de rango mundial al lado de
Kamala Harris en esta nueva época de cambios y empoderamiento de mujeres
y minorías.
Su
entronización es un capítulo más del fabuloso e improbable destino de
los personajes de Macondo, universo que cuenta sucesos increíbles que
nadie imaginó jamás pudieran suceder, como que una mujer científica
fuera presidenta del país de Pancho Villa, Zapata, Pedro Infante,
Cantinflas, El Santo y los mariachis.
----
Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 6 de octubre de 2024.