sábado, 23 de abril de 2022

LAS MANOS PREHISTÓRICAS DE BORNEO

 


Por Eduardo García Aguilar

El fotógrafo, periodista y cineasta francés Luc Henri Fage, quien ya antes había trabajado en la Patagonia, Zaire, Nueva Guinea y Argelia, entre otros lugares del mundo, atravesó la isla de Borneo en 1988 y llegó a Kalimantán, en la parte indonesia, un territorio casi virgen en materia de exploración arqueológica.

Explorando en cavernas casi al azar de su aventura, descubrió en algunas de ellas dibujos parietales realizados con carbón, así como rastros de manos negativas en las paredes rocosas hechas con la proyección de óxido de hierro, como solían hacerlo los prehistóricos. Las cuevas en esa región abundan en las cumbres calcáreas de una pequeña cordillera que recorre el territorio no lejos del litoral, en un ambiente paradisíaco de vegetación exuberante y riqueza de fauna, cruzada por la línea del Ecuador.

Tras terminar la temporada de sus exploraciones e intrigado por su descubrimiento, trató de conseguir apoyo para volver a realizar una expedición a aquellos lugares inaccesibles y húmedos, plagados de todo tipo alimañas, pero encontró escepticismo e incomprensión en las instituciones universitarias o estatales a las que acudió para hablarles del proyecto.

Fage, que no era académico sino periodista y fotógrafo, comprendió que debía recurrir a la ayuda de un experto que diera legitimidad al proyecto y escribió al etno-arqueólogo Jean Michel Chazine, investigador del Centro Nacional de Investigación Cientifica (CNRS), quien ya había trabajado en Oceanía y Polinesia en el ámbito del arte parietal. Al principio Chazine tuvo dudas, pero finalmente se dejó convencer y aceptó viajar en 1992 con él a Borneo.

En el terreno son muchas las dificultades que los exploradores deben superar para poder acceder a aquellos lugares sagrados de las cumbres que no solo albergan nidos de golondrinas, sino que en muchos casos son cementerios donde a través de las generaciones se han depositado los cadáveres de los ancestros.

Para llegar a esas incógnitas cumbres hay que lograr la anuencia de las autoridades locales y nacionales, luego viajar en canoa por ríos caudalosos y escarpar paredes difíciles apoyándose en rocas y lianas pobladas de serpientes e insectos venenosos. Debido a la lejanía de aquellas tierras, los exploradores deben contratar personal local para llevar los cargamentos de arroz y otros alimentos que duran solo unos cuantos días, obligando a los exploradores muchas veces a acortar sus estadías antes de que se terminen los víveres.

En esa primera exploración Chazine y Fage dieron con cavernas maravillosas llenas de manos negativas dibujadas en las rocas y celebraron jubilosos los hallazgos sucesivos que se repitieron por años. El etno-arqueólogo descubrió además vestigios de poblamiento en esos lugares y encontró pruebas líticas como puntas para flechas y otros instrumentos cortantes, así como huellas de que ahí hombres prehistóricos cazaron, prepararon alimentos y convivieron en familia y en tribu.

Regresaron a  Europa y tras realizar análisis de los materiales extraídos de las paredes de la cavernas donde se pintaron aquellas manos negativas, comprobaron que se trataba de arte parietal en principio de entre 5.000 a 13.000 años de antigüedad, o sea que a través de los milenio aquellos prehistóricos retornaban a los lugares a donde los ancestros imprimían aquellas misteriosas manos en rituales que aun en la actualidad se desconocen. Más tarde se descubriría que algunas de las imágenes son de las más antiguas realizadas por la humanidad, según una publicación de la revista Nature en 2018.

Realizaron sucesivas expediciones hasta 2005 fascinandos por la abundancia de los hallazgos, con el balance total de unas 2000 manos descubiertas. En otros lugares del mundo los hombres de aquella época también realizaban las mismas manos rituales, como en una gruta del pleistoceno de la región de Santa Cruz, en la Patagonia argentina, llamada la Cueva de las manos. Después, con el avance de la tecnología se ha llegado a comprobar que algunas de esas manos e imágenes fueron realizadas en Borneo hace más de 40.000 años, o sea antes que las famosas cuevas europeas de Chauvet y Altamira, o algunas australianas, entre otras.

De esta marvillosa aventura científico-artística quedó un libro espléndido, "Borneo, la memoria de las grutas", que contiene los relatos de los participantes y los esclarecimientos del científico Chazine, ilustrados con las magníficas y abundantes fotografías y gráficos de Fage, quien tuvo su cámara y sus lápices listos en todo instante para captar lo sucedido. Publicado en 2009 en inglés, indonesio y francés es una historia de amistad y de azar, porque descubrir un tesoro arqueológico de esa magnitud es como ganarse la lotería.
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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. 24 de abril de 2022.
            
Ver sitio de Luc-Henri Fage: 
https://www.fage.fr/index.html
https://www.fage.fr/lhfage_borneo-la-memoire-des-grottes.html


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sábado, 16 de abril de 2022

PARÁBOLAS DEL PODER

 

Por Eduardo García Aguilar

A un amigo le decía esta semana que he sido muy escéptico en política y por eso escribo casi siempre de literatura, historia, arte, pensamiento y de asuntos que ya han sido decantados por el tiempo histórico. Borges dijo una vez que la democracia es un abuso de la estadística y pienso que para la gente honrada y de buen corazón es muy difícil ejercer la política, pues la búsqueda del poder llama a las más oscuras pasiones tanto para obtenerlo como para conservarlo.

Casi siempre quienes creen con demasiada ingenuidad en líderes o caudillos o incluso en figuras benévolas que llegan al poder, terminan por detestarlos y la vida es para ellos una interminable sucesión de frustraciones y amarguras. Por eso idealizan a veces los que mueren, son asesinados o son derrotados antes de tomar el poder porque no lo ejercieron y nunca sabremos lo que hubiera pasado si hubiesen gobernado.

Gobernar cualquier país o región debe ser una verdadera pesadilla y más en estos tiempos donde todo se sabe mucho más rápido que antes y cuando cualquier acción emprendida, discurso pronunciado, silencio o lavada de manos genera de inmediato todo tipo de reacciones emocionales y airadas de los opositores e incluso de los partidarios. Quien gobierna siempre será es un instrumento de fuerzas maléficas que lo superan. Por eso Darío Echandía preguntó: ¿El poder para qué?

Todo eso se remonta a los tiempos antiguos desde mucho antes de que Roma dominara el mundo conocido y enviara a las regiones o países lejanos a gobernadores o prefectos que, como Poncio Pilatos y tantos otros, debían tomar decisiones en las que era obligado tener en cuenta el juego de los poderes económicos y religiosos locales para evitar asonadas, revoluciones ciegas o disturbios generalizados.

Muchos autores, entre ellos el Anatole France en el Procurador de Judea o el Mijáil Bulgákov de El Maestro y Margarita, han abordado con diferentes versiones imaginarias la decisión que tomó Poncio Pilatos, al lavarse las manos y dejar que se ejecutara a Jesucristo, pese a que tras hablar con él, según el autor ruso nacido en Kiev, pudo haberse sentido seducido por su palabra e hizo todo lo posible ante el Sanedrín para evitar su sacrificio.

Bulgákov y otros aseguran que Poncio Pilatos se arrepintió y cargó eternamente con la pena, por lo que su condena ficticia habría sido la de seguir eternamente en un más allá nebuloso la conversación con aquel mártir loco que expresaba sus ideas utópicas con claridad y sin miedo, como si estuviera iluminado.

Igualmente quienes dieron la orden de matar al Che Guevara en Bolivia y lo ejecutaron cuando era un pobre diablo preso e inerme, nunca imaginaron que ese hombre greñudo y sucio, perdido en los Andes, terminaría por convertirse en un ícono mundial de su tiempo. Al ejecutarlo pensaron que el fracasado argentino pasaría directamente al olvido y nadie se acordaría de él o lo reivindicaría, cuando por el contrario tuvieron que cargar con el estigma hasta el fin de sus días.

Algo similar pasó con el padre colombiano Camilo Torres muerto un año antes en las montañas. Toda la vida Alvaro Valencia Tovar, entonces coronel y después general amante de las letras, buscó lavar su responsabilidad directa o indirecta en el suceso tendiendo puentes con el bando opuesto, como demuestra su calurosa correspondencia posterior con Tulio Bayer.

Por eso me gustan tanto las memorias de gente como Saint Simon, Fouché y Chateaubriand, entre otros muchos hombres de letras y poder en el mundo, que cuentan desde dentro lo que es ejercerlo y que en sus escritos recuerdan a veces con amargura las decisiones injustas tomadas al dar órdenes de gobierno que les amargaron el resto de sus días como traiciones, ejecuciones de amigos o enemigos y represiones sangrientas.

De ahí que circularan tantas ficciones sobre lo que hubiese pasado si el emperador Maximilano de Habsburgo no hubiera sido fusilado en el cerro de las Campanas por orden del líder mexicano Benito Juárez, y leyendas sobre famosos condenados a muerte que tras perder el poder se salvaron in extremis y vivieron vidas secretas en lejanas antípodas. 

Y así ha sido siempre desde mucho antes de Babilonia, Egipto, Grecia y Roma y después hasta nuestros tiempos. Por eso hay que leer a los clásicos y si es posible estar lejos del poder y de la política leyendo los libros de todos los tiempos que nos enseñan tanto, o escuchando a un sabio que como Diógenes se dio el lujo de poner en su lugar a Alejandro Magno y le pidió moverse de ahí para que no le ocultara los rayos del sol que son gratuitos y eternos.
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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 17 de abril de 2022.
* Ecce homo, imagen del pintor Antonio Ciseri (1821-19891), cuadro realizado en 1871.

viernes, 8 de abril de 2022

NECESIDAD DE FRANCIA MÁRQUEZ

Por Eduardo García Aguilar

Pase lo que pase en las próximas elecciones presidenciales, se puede decir que los resultados electorales en las legislativas y las consultas del 13 de marzo pasado significaron un gran cambio cultural y político necesario para Colombia. Por primera vez en la historia una nueva ola generacional logró expresarse para llevar al Congreso a una bancada compuesta por jóvenes y personalidades diversas de la sociedad civil, regiones marginadas, indígenas, afrodescendientes y luchadores sociales, entre ellos valiosas mujeres, debido a la paridad con que se hicieron las listas del Pacto Histórico, impulsado por Gustavo Petro y Francia Márquez.

Esa bancada, impensable hasta hace poco, variada, colorida, nueva, regional, estudiantil, universitaria, raizal, aliada con otras fuerzas alternativas, será la más grande en el Congreso y abrirá un gran espacio que antes era inexistente en esas instancias legislativas que desde hace décadas, durante el auge narco-paramilitar, fueron cooptadas y controladas por mafias oscuras, clanes familiares y maquinarias nefastas compradoras de votos.

Frente a esta nueva bancada alternativa estará presente también un poderoso grupo de partidos tradicionales y del establecimiento, moderados y radicales, por lo que habrá grandes debates como en los viejísimos tiempos de la República liberal en la primera mitad del siglo XX, cuando en los años 20 y 30, en un contexto mundial caracterizado por la lucha entre las esperanzas socialistas y laicas y las derechas totalitarias y conservadoras, también se expresaron nuevas fuerzas alternativas.

Estas fuerzas alternativas inspiraron a los gobiernos liberales de Enrique Olaya Herrera, Eduardo Santos, Alfonso López Pumarejo y Alberto Lleras Camargo, para la realización de grandes cambios como la ampliación de la educación, el fortalecimiento de la Universidad Nacional en su nuevo campus, la creación de escuelas normales abiertas y laicas, bibliotecas y programas sociales que contribuyeron a la movilidad social y al progreso del país.

También durante el Frente Nacional, un interesante experimento de relativa concordia tras la era de la terrible Violencia, el Congreso colombiano albergó a muchas figuras políticas con ideales, elocuentes, ilustradas, formadas, técnicas, liberales y conservadores u opositores progresistas del Movimiento Revolucionario Liberal o la ANAPO, todos ellos notables personas que discutían con altura sobre los destinos del país, pero todo eso ya es una foto sepia del pasado, porque de aquellos honorables senadores y representantes no quedó ni la sombra y fueron reemplazados poco a poco, salvo alguna excepciones, por ignaros hampones al servicio de turbios intereses y la corrupción.

El fenómeno expresado el pasado 13 de marzo también se caracterizó por el surgimiento de nuevos liderazgos que dan voz a las poblaciones afrodescendientes e indígenas de las periferias marginadas, como el de la joven candidata a la vicepresidencia Francia Márquez, quien se dio el lujo de sacar más votos ella sola que varias figuras poderosas del establecimiento.

Francia Márquez es de la estirpe de Angela Davis, Martin Luther King y Nelson Mandela y su existencia es necesaria para terminar con el Apartheid racial y de clase que ha existido en Colombia. Tiene talento, carácter, belleza, carisma, elocuencia, empatía y además nombre y apellidos bellos. Su elegancia en prendas y adornos coloridos y alegres es proverbial y genera tendencia.

Esta abogada y lideresa social, reconocida en el mundo, ganadora del Premio Goldman de Medio Ambiente, se ha hecho a pulso con sus propios méritos y contra viento y marea desde la pobreza y la marginación en el Cauca hasta las aulas universitarias, las giras internacionales y su actual auge político. Liderados por Francia Márquez, todos los suyos, los raizales, los marginados, los humillados, los nadies de los que hablaba Eduardo Galeano, entran por fin con fuerza en la historia de Colombia.

Verla junto a la gran pianista antioqueña Teresita Gómez esta semana en Medellín, es un símbolo maravilloso de cambio de una época y el inicio de la reivindicación y el reencuentro con esas poblaciones en una Colombia sin clasismos ni racismos, donde reine por fin la meritocracia y se extinga la hegemonía patriarcal de los nefastos gamonales y sus delfines y los usos y costumbres de la discriminación de clase y de raza heredados de la Colonia.

Con Teresita Gómez y Francia Márquez, están de plácemes precursores como Leonor González Mina, llamada la Negra grande de Colombia, y desde el más allá Delia y Manuel Zapata Olivella, Arnoldo Palacios, Carlos Arturo Truque, Oscar Collazos y otras figuras de la cultura afrodescendiente colombiana.

Muchos nunca pensamos ver en nuestras vidas la emergencia de esos nuevos liderazgos, apoyados por los jóvenes y muchos miembros de las clases medias urbanas de todo el país, que están al tanto de los cambios que en ese sentido se han dado en el mundo en las últimas décadas y entre los que se incluyen también la reivindicación de los derechos de las mujeres y de la población LGTB.

Nuestra generación creció viendo y palpando con dolor esa injusticia de la marginación racial reinante en todo Colombia, especialmente en los departamentos de las Costas pacifica y atlántica, y en los territorios indígenas, pero ahora se abre una luz de esperanza impulsada por las nuevas generaciones que derrumban con alegría los muros, ante el estupor de anacrónicos hidalgos nostálgicos del pasado, la servidumbre, la discriminación y el odio.  
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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 10 de abril de 2022.