martes, 18 de diciembre de 2018

LA NARRATIVA ERÓTICA DE ANAIS NIN


Por Eduardo García Aguilar


Nacida en París, hija de un cubano y de una madre de origen danés, pero educada en Estados Unidos, Anais Nin (1903-1977) es una de las escritoras más notables del siglo XX y precursora de la literatura erótica vista desde el ángulo único del deseo femenino. 

Aunque fue muy amiga de Henry Miller, el autor de Trópico de cáncer, y de Lawrence Durrel, el escritor del Cuarteto de Alejandría, Anais Nin dio voz a la mujer y a sus profundas pasiones e inquietudes sexuales. Por eso afirmó con total contundencia que su camino era diferente al de sus amigos y amantes, cuya literatura erótica estaba inmersa en la tradición falocrática y machista.
 
Hasta entonces, desde los tiempos de la literatura libertina del siglo XVIII del Marqués de Sade, Giacomo Casanova y Restif de la Bretonne, pasando por la gran novelística realista del siglo XIX, desde Stendhal a Flaubert y Maupassant, pasando por Gustave Flaubert y su Madame Bovary, la mujer aparecía en las novelas como objeto pasivo, una simple víctima inocente e infantil.
 
La historia de la humanidad ha sido la de la mujer como botín de guerra destinada a ejercer la reproducción o saciar el placer del macho patriarca que llegaba, la tomaba y la poseía sin su consentimiento. El sistema patriarcal, desde las clases más bajas hasta la alta aristocracia, negociaba a sus hijas como una moneda de cambio y a través de ella se hacían alianzas económicas de carácter tribal o familiar.
 
En la actualidad en gran parte de la humanidad como en los países del Este europeo, asiáticos, latinoamericanos y africanos, la mujer sigue siendo considerada una moneda de intercambio que debe obdecer los desginios del patriarca, los hombres de la familia o de las mafias reinantes. Movimientos como el Estado islámico o su contraparte africana Boko Haran han secuestrado miles de jovencitas en los últimos años para entregarlas o venderlas a sus soldados, sacándolas de las escuelas, a donde, según esa funesta secta, nunca deben asistir. 
 
Nin hizo todo lo contrario de lo exigido en la primera mitad del siglo XX a una chica rica de su época. Estando casada con un banquero apuesto y rico, Hugh Parker Guiler, contrajo matrimonio secreto en California con el bello Rupert Pole y fue bígama toda la vida, ocultando al uno la existencia del otro. Y al mismo tiempo tuvo innumerables amantes en las ciudades donde vivió, como nos cuenta su gran biógrafo Deirdre Bair en su libro Anais Nin.
 
Todas esas historias las anotó con detalles minuciosos en el enorme diario que sostuvo desde niña y que guardaba celosamente en cajas fuertes bancarias. Como asidua de los medios literarios, intelectuales y artísticos de París, Nueva York y California, participó en orgías, tuvo relaciones amorosas con mujeres y experimentó apasionados tríos amorosos como el que sostuvo con Henry Miller y su esposa June.
 
También como mucha gente acomodada de su época se hizo el sicoanálisis freudiano y exploró a lo largo de los años todos los fantasmas, delirios, manías y misterios secretos de su vida, convirtiéndola en una lúcida intelectual con una vasta obra narrativa, autobiográfica y ensayística que al final de su vida tuvo el reconocimiento universitario. Murió convertida en una leyenda y celebridad mundial y la publicación póstuma de sus diarios secretos abrió a los investigadores la gran cantera de su autoanálisis.
 
En sus entrevistas y en sus textos brilla por su lucidez, elegancia y cultura, con aires de libertad y osadía pocas veces vivida por una mujer de su tiempo. Es al lado de otra contemporánea suya, Simone de Beauvoir (1908-1986) la precursora de los feminismos y de la emancipación femenina actual. 
 
Otros nombres de mujeres escritoras precursoras de su época deben ser mencionados: Virginia Woolf (1882-1941), Djuna Barnes (1892-1982), Marguerite Yourcenar (1903-1987), Mercé Rodoreda (1908-1983), Jane Bowles (1917-1973) y Patricia Highsmith (1921-1995), entre otras muchas.
 
Pero por su carácter en exremo libertario en materia sexual, la obra de Anais Nin es fascinante. La fama la obtuvo con Delta Venus, también traducido a otras lenguas con el título de Venus Erótica, un best seller mundial compuesto por relatos sexuales escritos en los tiempos en que coincidió en París con Henry Miller.
 
 La narrativa erótica aquí se vive desde la perspectiva exclusiva de la mujer sexual. Es ella la que busca y obtiene el placer con sus múltiples amantes, sin culpas ni temores, ni victimización. Ajena a la religión y a los prejuicios, Anais nos cuenta un mundo maravilloso de sexo donde el orgasmo es el protagonista. 
 
Los casos más extraños, los escenarios más improbables son relatados aquí con una maestría quirúrgica que nos fascina en el sentido más profundo de la palabra fascinar. Delta venus o Venus Erótica puede ser un excelente libro de cabecera para todos en tiempos de paz o de guerra.  
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              París, 15-XII-2018