miércoles, 25 de octubre de 2023

LA LEYENDA DE GREGORY RABASSA

Por Eduardo García Aguilar

La vida le depara a uno privilegios inolvidables como el conocer y ver varias veces al gran traductor, escritor y académico estadounidense Gregory Rabassa (1922-2016), quien tuvo una lúcida y longeva vida y falleció a los 94 años en Bradford, Connecticut.

Rabassa es una leyenda para los latinoamericanos e ibéricos, tanto hispánicos como portugueses, un mito casi, pues tradujo en una larga carrera de más de medio siglo a los más grandes escritores de esos ámbitos lingüísticos, como Machado de Assis, Jorge Amado, Darcy Ribeyro y Antonio Lobo Antunes o libros como Rayuela de Julio Cortázar y Cien años de Soledad y El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez, obras cumbres que vibran aun entre nosotros como si hubiesen sido escritas ayer. Un día le pidieron traducir Rayuela y ahí todo comenzó, aunque no era su plan de vida.

Rabassa nació en Nueva York de un padre cubano de origen catalán y una madre neoyorquina, y tras doctorarse en la Universidad de Columbia, se desempeñó como profesor de literatura allí durante dos décadas, antes de trabajar en la City Univesity of New York, donde siguió su labor como profesor emérito hasta ya cerca de cumplir su novena década de existencia. 

Era pues un neoyorquino esencial que frecuentó en su juventud los bares y los sitios de jazz de Greenwich Village y Lower east side, estuvo como casi todos los de su generación destacado durante la Segunda guerra mundial entre 1942 y 1945, en su caso en Italia, alcanzando el grado de sargento, y vivió la mayor parte de su vida en Upper east side, en apartamentos situados en una zona privilegiada entre las calles 72 y 76. Y tuvo también dos dachas en zonas bucólicas donde congregó sus libros y su colección de vinilos de jazz, que compartía con su cercano amigo y cómplice, el joven eterno Julio Cortázar, cuando venía a visitarlo.

Fue Julio Cortázar quien le recomendó a García Márquez a Rabassa para la traduccción de su obra cumbre Cien años de Soledad y el colombiano quedó tan contento que declaró varias veces, incluso en Estocolmo, que la versión en inglés de ese libro era mejor que el original, lo que divertía al simpático neoyorquino, quien tenía un excelente sentido del humor.

Mi amigo y discípulo suyo Jay Miskowiec, animador de Aliform Publishing, que publicó algunas traducciones suyas, me conectó con él y tuve la fortuna de verlo por primer a vez en 1989. Me citó en el bar del lujoso Hotel Plaza en Central Park en un día de otoño. No hay palabras para describir lo que puede sentir un joven escritor latinoamericano cuando camina por las arterias de New York, lentamente, vadeando las humaredas que brotan del vientre de la urbe bajo la bruma otoñal, rumbo a un encuentro con el mítico Rabassa. 

El profesor, de baja estatura, que solía usar a veces corbatín, apareció risueño y afable y en su rostro amigable se percibía sin lugar a dudas su origen catalán, o sea de la estirpe del sabio Ramon Vinyes, el sabio que residió en Barranquilla y regentó una librería en la que se nutrieron los jóvenes del Grupo del mismo nombre. Luego caminamos hasta cerca de su apartamento en Lexington Avenue y nos despe
dimos hablando de su querido discípulo y amigo Jay Miskowiec, quien propició ese primer encuentro. 

Cinco años después, cuando presentamos en 1994 en Americas Society la traducción de Bulevar de los héroes, estuvo presente Rabassa, rodeado por todos los muchachos amantes de la literatura que estábamos allí y bebíamos y disfrutábamos, sin poder creerlo, de su generosidad y amabilidad, entre ellos los colombianos Tomás González y Eduardo Márceles Daconte, quienes residían entonces en Nueva York, antes de que los dispersara y los regresara a Colombia la caída de las Torres Gemelas en 2001, derribadas por los yihadistas de Osama bin Laden. 

La última vez que lo vi fue cuando en 2009 presentamos El viaje triunfal en la misma institución en otro acto parecido en una tarde de otoño. Rabassa contaba chistes y hacía juegos de palabras y sonreía con el aire juvenil que siempre lo caracterizó. 

Disertó sobre la filosofía de los cínicos griegos Antístenes y Diógenes de Sinope del siglo IV antes de nuestra era, entre otros temas de su predilección. Nos explicaba esa noche que la palabra venía del griego perro y se divertía con sus diatribas e ironías y su vida libertaria, despegada de los honores y las riquezas terrenales. 

No es para menos que para todos nosotros Rabassa sea un mito: entre sus traducciones se destacan además Bomarzo, de Manuel Mujica Láinez, Paradiso de José Lezama Lima, La Casa Verde y Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa, y obras de Juan Goytisolo, José Donoso, Clarice Lispector y Dalton Trevisan, entre muchas otras. 

También escribió un libro sobre el oficio de traducir y una autobriografía donde cuenta en una límpida prosa aspectos de su larga vida, que incluye su infancia, adolescencia, juventud, aspectos familiares, amores, sus adoradas hijas y anécdotas de su vida académica y profesional. Su vida también hace parte del realismo mágico, que para él comenzó con Miguel de Cervantes Saavedra y su Quijote de la Mancha.  
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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 22 de octubre de 2023.



  

sábado, 14 de octubre de 2023

DESASTRE EN TIERRA SANTA

Por Eduardo García Aguilar

Muchos analistas y expertos en el conflicto israelo-palestino coinciden en que los históricos acontecimientos recientes que cambiarán sin duda los equilibrios regionales en Oriente Medio, significan un desastre inédito para el gobierno encabezado por Benjamin Netanyahu, quien ha sido el hombre fuerte del país en los últimos lustros y se ha empecinado a toda costa en conservar el poder aliándose con extremistas y a quien responsabilizan por la "inadmisible" falla de seguridad, al no prever el ataque de Hamás y dejar sin protección del ejército amplios territorios cercanos a la Franja de Gaza, donde más de mil civiles fueron masacrados por los islamistas.

Todos esos académicos, diplomáticos, historiadores, ensayistas, periodistas y ex militares se muestran absortos por los acontecido, ya que era impensable si se tiene en cuenta que el ejército y los servicios de inteligencia israelíes son considerados como de los mejores del mundo, casi invencibles e infalibles, además de temibles.

El que miles de militantes islamistas de Hamás hubiesen ingresado por aire, mar y tierra sin obstáculo alguno a territorio israelí, donde actuaron a su guisa ese sábado 7 de octubre y al día siguiente, es una humillación sin nombre para el gobierno israelí, algo nunca ocurrido desde la fundación del país en 1948. Gaza además es una franja de 362 km cuadrados rodeada por una barrera metálica e inteligente dotada de los más avanzados recursos técnicos, que se hunde metros en tierra y se iza sobre la superficie con antenas y sensibles dispositivos inexpugnables de alta tecnología dignos de las películas hollywoodenses Blade Runner y RoboCop.  

Coinciden todos ellos en afirmar que esta humillación histórica es peor a la ocurrida en la guerra árabe-israelí de Jom Kippour de octubre de 1973, cuando fuerzas sirias y egipcias atacaron por sorpresa al país, lo que se tradujo en críticas a la primera ministra Golda Meir y a su ejército y sus servicios de inteligencia, que tampoco vieron venir la ofensiva árabe y no dieron crédito a algunos informes y evidencias.

El historiador y ensayista Elie Barnavi, ex embajador de Israel en Francia, afirmó en Le Monde que el ataque de Hamás fue "sorprendente  por el momento elegido, la amplitud y la audacia inéditas de la operación y la devastación que provocó", además por "la total incuria de la inteligencia militar y civil y la desesperación inicial de las fuerza de defensa". Y calificó de inexplicable que "el ejército más poderoso de la región, uno de los primeros del mundo, según nos dicen", así como los servicios de inteligencia, "fueran incapaces de verlo venir y después prevenirlo".  Lo ocurrido es el resultado "de una conjunción de dos factores: una organización islamista fanática cuyo objetivo declarado es la destrucción de Israel; y una política israelí imbécil a la que se aferraron gobiernos sucesivos, el último de los cuales la llevó a la incandescencia", añadió muy airado Barnavi.

El profesor de ciencias políticas Ilan Greilsammer dice en el mismo diario que para calificar lo sucedido "la palabra desastre en sin duda muy débil. Es un giro para la historia de Israel. Cincuenta años después casi día por día, tras haber sido tomado por sorpresa por egipcios y sirios en la guerra de Kipur, el ejército no vio venir absolutamente el mortífero ataque orquestrado por Hamás", y por eso  "el gobierno de Netanyahu seguramente no podrá escapar a su terrible responsabilidad en este desastre" y pronto será solo un "mal recuerdo" para que, después de elecciones, accedan al gobierno "personas sensatas y responsables".

Mientras los líderes de la industria armamentística mundial destapan la chapaña por las futuras ganancias, los académicos especulan sobre la naturaleza de la retaliación israelí y auguran meses de sufrimiento tanto para israelíes como palestinos, pues una incursión en la densa Gaza, donde viven hacinados más de dos millones de palestinos, como ocurre en toda guerra o guerrilla urbana, puede tardar tiempo y llevar a combates callejuela por callejuela, edificio por edificio, túnel por túnel, hasta la destrucción definitiva de ciudades y pueblos como en Irak, Siria, los balcanes y Ucrania. 

Pero Estados Unidos y Europa, así como sus poderosos rivales China y Rusia, presionan con insistencia a Israel para que actúe con cautela en el marco del derecho internacional con el fin de evitar pérdidas civiles y el sufrimiento de la población de Gaza, bloqueda y sin salida, encerrada en un gueto, sin agua, electricidad y comida, rehén de Hamás. 

En los países de Oriente Medio, África y Asia se incrementan las manifestaciones de solidaridad con la población palestina, la mayoría de la cual no está con Hamás, y crece la tensión en países europeos que albergan poblaciones de ambos orígenes y creencias religiosas, por lo que se aplican ya medidas de alerta y prevención ante posibles contagios, atentados o ataques aislados, como en Francia, donde un joven islamista de origen checheno mató este viernes a cuchillo a un maestro e hirió a otras personas al grito de Alá Akbar.

Basta abrir y leer los libros sagrados de los diversos monoteísmos y politeísmos, para constatar que esta y otras guerras duran desde hace milenios y que con toda probabilidad prevalecerán en el futuro lejano, si la humanidad o el planeta aun existen.
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Publicado en La atria. Manizales. Colombia.
Domingo 15 de octubre de 2023.

 

          

 


domingo, 1 de octubre de 2023

BRIGITTE BARDOT: SÍMBOLO SEXUAL ETERNO (2006)

 Por Eduardo García Aguilar

 
Ella tiene sin embargo un mérito en su atroz vejez: ama a los animales por sobre todas cosas y es una luchadora denodada por sus derechos.
 
 
Aunque ahora es una anciana descuidada y de extrema derecha, y su marido actual es un líder local del neofascista Frente Nacional en la Costa Azul francesa, frente al mar Mediterráneo, Brigitte Bardot fue el símbolo sexual moderno del siglo XX, ante quien palidecen todas las divas contemporáneas del cine y el modelaje. Uno puede admirar a Kate Mosss y Claudia Shiffer, sentirse maravillado por Ornella Mutti, Sharon Stone, Sophie Marceau, Emmanuelle Béart o la brasileña Sonia Braga o celebrar el surgimiento de las nuevas Scarlett Johanson, Isild le Besco, Julia Roberts, Nicole Kidman o Ludivine Seigner, pero nada destrona a esta mujer que creó los más grandes tumultos en los años 60 y 70 del siglo pasado.
 
Más de medio siglo después de su consagración en el filme “Y dios creó a la mujer”, la Bardot es una leyenda tal vez sólo comparable a la italiana Sofía Loren, quien a diferencia suya ha sabido envejecer en la grandeza y la discreción de las grandes leyendas como Greta Garbo y Marlene Dietrich.
 
¿Qué tenía esa mujer? Un cuerpo y una gestualidad únicas para romper con las tradiciones en boga en los años 50, cuando emergió en las pantallas del mundo. Poseía un rostro inolvidable y perverso, una sonrisa tierna y pulposa como ninguna otra y una gracia de gestualidades que la hacía brillar aunque fuera pésima actriz y cantante. Todos los hombres y las lesbianas del mundo soñaron con ella, pues era sexo y deseo puros, ángel total independiente y rebelde de cuyos labios y ojos emanaba la fertilidad hormonal nunca soñada por el Marqués de Sade, Georges Bataille, Alain Robe-Grillet y Charles Bukowski juntos. Tenía los labios más carnosos de la historia, ventosas del mal y el bien y su rostro realzado por el rímel, el maquillaje y el lápiz labial era tentación y ejemplo para las Lolitas de su tiempo. Ninguna, ni Marylin Monroe, a quien admiraba, o Catherine Deneuve, que pretendió emularla infructuosamente, lograron superarla en la leyenda del ser oscuro objeto del deseo mundial de mujeres y hombres.
 
Nació en 1934 en el seno de una familia burguesa tradicional parisina y desde muy niña dio muestras de una belleza excepcional, como lo muestra la foto en que aparece vestida de organdí blanco en su primera comunión en 1945 y sus iniciales fotos de bailarina, donde se destacaban sus inmejorables y deseables piernas. Su primer esposo y descubridor fue Roger Vadim, una de esas típicas leyendas del donjuanismo francés, que más tarde corroboró sus méritos al llevar a la cama y al altar, entre sólo algunas de sus conquistas, a Catherine Deneuve y Jane Fonda.
 
En 1956, Bardot, al interpretar la danza de mambo en Y dios creó a la mujer dio el paso hacia la fama mundial bajo la mirada de Jean-Luis Trintignan, quien la robaría a Vadim, e iniciaría la vasta lista de sus múltiples amantes, entre quienes figuraron el apuesto cantante Sacha Distel, Jacques Charrier, Sami Frey, el playboy alemán Gunter Sachs, el cantante Serge Gainsbourg y otros con nombres triviales como Patrick y Christian y decenas y decenas de hombres que la convirtieron en una de las más deliciosas libertinas de su época. Pero al llegar a la madurez rechazó operaciones y maquillajes inútiles y dejó que la fealdad aflorara poco a poco de las tersuras de su rostro, hasta convertirla en la odiada bruja derechista que hoy es, con sus declaraciones xenófobas y sus discursos más reaccionarios.
 
Brigitte Bardot tiene sin embargo un mérito en su atroz vejez: ama a los animales por sobre todas cosas y es una luchadora denodada por sus derechos. Perros, caballos, martas, gatos, conejos, gatos, manatíes, ballenas, caballos, monos, gorilas, chimpancés, leones, tigres, panteras, jaguares, aves, reptiles, quelonios: todos ellos tienen en ella a una defensora irreductible frente a la depredación de la humanidad. Aunque odie a los hombres de supuestas razas inferiores, a los extranjeros árabes, negros o asiáticos que según ella le quitan el pan a los franceses, tiene ternura por todas las bestias y criaturas que sufren torturas en laboratorios o son objeto de abandono, maltrato, caza y pesca exageradas.
 
Como depredadora sexual que fue amó y devoró gozosa y sin límites y como pocas a su vecino animal el hombre, que a su vez la gozó, la poseyó y la deseó en todas las pantallas del orbe. Brigitte Bardot fue la diosa del siglo XX, y su cabellera y su cuerpo perfumados pasarán a la historia como en su tiempo las más bellas esculturas griegas o las Venus de Boticelli u otros maestros italianos. Por eso triunfó con un filme llamado Y dios creó a la mujer. Cada día en el mito los dioses la crean y Francia con ella alcanza las alturas sublimes de Juana de Arco, incendiada en la hoguera de la intolerancia. Su horror crepuscular es nada frente a su lúbrica leyenda.
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Texto escrito en 2006, incluido en el libro París exprés, Crónicas parisinas del siglo XXI. Publicado en Madrid, en 2016, por la Editorial VErbum.