viernes, 25 de octubre de 2024

UMBERTO VALVERDE Y CALI PACHANGUERO

Por Eduardo García Aguilar

Umberto Valverde (1947-2024) escribió Bomba Camará, un clásico del cuento colombiano publicado primero en México en 1972 por la editorial Diógenes y que es al lado de Qué viva la música (1976) una de las dos obras cumbres de la renovación narrativa urbana surgida de la vida caleña juvenil de los años 60 y 70.

En sus cuentos magistrales cuenta la vida de los muchachos del Barrio obrero de Cali, donde nació y creció y al que le fue fiel toda la vida, dedicado a contar los avatares de la vida popular en un medio marcado por la salsa, la rumba y el fútbol como pasión, ya que fue hincha e historiador del equipo América. 

La publicación de Bomba Camará fue posible gracias a Alvaro Mutis y Gabriel García Márquez, quienes aun jóvenes y en plena actividad laboral acogían al joven narrador caleño en la capital mexicana y recomendaron la obra al crítico y editor Emmanuel Carballo. En esos años también estuvo presente allí otro narrador colombiano, Héctor Sánchez, tolimense a quien le publicaron dos de sus principales novelas, Las maniobras y Las causas supremas.

La generación de narradores a la que perteneció Valverde es una de las más amplias y prolíficas de la historia del país y en su momento generó muchas expectativas, pero sin contar con la deflagración que significó el triunfo del boom latinoamericano y su líder, el creador de Macondo, que los eclipsó para siempre.

Valverde regresó a Colombia y allí se dedicó en Cali al periodismo escrito y radial y a la promoción entusiasta de la música caribeña o el fútbol a través de obras también clásicas, como Reina rumba (1981), biografia novelada de la gran cantante cubana Celia Cruz, Memoria de la Sonora Matancera (1997) o Jairo Varela, que todo el mundo cante (2002), sobre el mítico creador del grupo Niche y autor del himno Cali Pachanguero. 

También publicó En busca de tu nombre (1976), analizada y elogiada por el gran hispanista francés Jacques Gilard, y Quítate de la vía perico (2002), dos originales obras narrativas que no tuvieron la difusión ni el reconocimiento merecidos en su momento.

Valverde decidió dedicar su vida a la cultura popular de su terruño y a diferencia de otros de su generación practicó el periodismo de terreno, en el que formó a muchos jóvenes cuando dirígía La Palabra o la revista del América de Cali. Dejó centenares de crónicas y artículos publicados en El Pueblo y Occidente y múltiples revistas del país y el extranjero.

Prefería ver todo el día partidos de futbol, escuchar música caribeña y salir a caminar bajo la canícula con su cachucha futbolera, lejos de los honores y ambiciones de la carrera literaria. Polémico y frentero en sus discusiones, caprichoso y rebelde, Valverde ganó siempre muchas enemistades y creó en torno a él por su carácter un aura diabólica, que simpatizaba con los diablillos rojos, emblema de su equipo América de Cali. 

Pero como dijo Carlos Jiménez en una excelente semblanza tras su muerte en septiembre, fue además de generoso amigo, infatigable y riguroso trabajador intelectual que dejó después de 77 años de vida una vastísima obra, que ojalá ahora se recopile y edite con esmero. 
----
Publicada en La Patria. Manizales.
Colombia. Domingo 27 de octubre de 2024.
      

 

sábado, 19 de octubre de 2024

EUROPA Y EL ÉXODO DE LAS GUERRAS

Por Eduardo García Aguilar

Las autoridades europeas incrementan medidas para disminuir o detener la inmigración, que en los últimas décadas aumentó de manera dramática por las guerras que sacudieron a Irak, Afganistán, Siria, Libia, Líbano, y  países africanos de donde huye la gente por mar a riesgo de sus vidas con la ilusión de una mejor vida en Europa.

Hace una década millones de migrantes intentaban llegar a Europa por el Mediterráneo desde Afganistán, Siria, Turquía y Líbano en barcos precarios, muchos de los cuales naufragaban frente a las costas griegas. Las cifras escalofriantes de desaparecidos en el mar eran acompañadas de fotos de niños fallecidos que las olas depositaban en las playas, como fue el caso de la inolvidable y terrible imagen del niño Aylan Kurdi.

El momento climático fue en las fronteras del este europeo, donde se aglomeraron millones de migrantes y la canciller alemana Angela Merkel, en una decisión polémica que luego le fue reprochada, dejó ingresar de un día para otro casi dos millones de personas, en su mayoría sirios, libaneses, kurdos y afganos, familias enteras que tocaban a la puerta.

Después las autoridades europeas llegaron a acuerdos con Grecia y Turquía para instalar y financiar gigantescos campamentos de migrantes donde viven hacinados desde entonces millones de refugiados de las guerras afgana y siria que no lograron asilo en ningún país occidental. 

De manera concomitante, tras el caos creado por las revoluciones árabes y el derrocamiento impulsado por Francia y Gran Bretaña del líder y dictador libio Muamar Gadafi, que garantizaba un muro de contención al flujo migratorio por su liderazgo africano, cientos de miles de migrantes subsaharianos se agolpan desde hace años en las costas mediterráneas de todo el Magreb, especialmente en la primavera y el verano.

Desde ahí saltan al mar en embarcaciones precarias pagando altas sumas para llegar ya sea a Italia o por el lado marroquí a las Islas canarias españolas. El saldo es de miles de muertos en la travesía, jóvenes, niños, mujeres, ancianos, que se ahogan sin que les presten ayuda.  Algunas organizaciones humanitarias patrullan el mar y logran salvar y rescatar a miles de migrantes que recalan en Lampedusa y desde ahí tratan de infiltrarse a Francia, Alemania, Bélgica, o los países nórdicos, donde a veces tienen familiares.

El gobierno de la primera ministra italiana de extrema derecha Giorgia Meloni llegó esta semana a un acuerdo con Albania, para enviar allí a los migrantes que serán devueltos a sus países, generando polémica en Europa, aunque la mayoría de las fuerzas políticas en el Parlamento europeo coinciden en la urgencia de tomar medidas como esa para limitar el flujo migratorio que se descontroló con las guerras, inclusive la de Ucrania. Al interior de las fronteras europeas ya se registran minuciosos controles.  

Esta tragedia ocurre en el Mediterráneo y ha debilitado a Europa, pero la crisis migratoria afecta también a América Latina de punta a punta y el sudeste asiático, por lo que los éxodos masivos ya constituyen sin duda un hecho mundial que marcará las próximas décadas.

El éxodo latinoamericano es impresionante y hay lugares críticos en la frontera colombiana con Panamá o en la mexicana con América Central, desde donde miles y miles emprenden la riesgosa aventura de atravesar el territorio para llegar a Estados Unidos, también a riesgo de sus vidas, víctimas de los coyotes y de las crueles bandas delincuenciales, que también actúan en África y Europa. El mundo entero es ahora un insaciable y peligroso territorio de éxodos que impulsa el nacionalismo, el racismo y la xenofobia.
----
Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 20 de octubre de 2024.
  

viernes, 11 de octubre de 2024

CIEN AÑOS DEL SURREALISMO


Por Eduardo García Aguilar

Hace cien años, en octubre de 1924, André Breton publicó el primer Manifiesto del surrealismo, reivindicando la escritura automática, el sueño y el inconsciente en la poesía y las artes, lo que condensaba un proceso liberador iniciado con el romanticismo, las obra de Nerval, Lautréamont y Sigmund Freud y el futurismo, el dadaísmo, el ultraísmo argentino y el estridentismo mexicano que florecieron por esas fechas.

Los años de entreguerras del siglo XX, que parecen opacos por estar atrapados entre dos conflagraciones mundiales, fueron tiempos de efervescencia social e intelectual en el mundo, acorde con los drásticos cambios tecnológicos vislumbrados con la invención de la luz, el telégrafo, el avance de las industrias automovilística y cinematográfica y la aviación, entre otros nuevos inventos en tiempos de Charlot, James Joyce y Charles Lindbergh.

El Conde de Lautréamont, joven uruguayo autor de Los Cantos de Maldoror,  fue rescatado desde la segunda década del siglo XX por los surrealistas, entre ellos Philippe Soupault, el más entusiasta y fiel de todos, que escribió sobre él desde 1917 y realizó la edición de sus Obras completas con motivo del centenario de su nacimiento, ejemplar que tengo en mis manos, editado por la editoral Charlot. 

El movimiento contó tras su creación con una pléyade de poetas y artistas que ingresaban y salían de él como Tristan Tzara, Francis Picabia, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Louis Aragon, Antonin Artaud, Max Ernst, Marcel Duchamp, Pablo Picasso, Roberto Matta, Wilfredo Lamm, Salvador Dalí, entre los más famosos y fue activo a lo largo del siglo, inclusive después de la muerte de Breton en 1966, contando con antenas en varios continentes y países como México, Argentina y Japón.

El primer gran precursor del surrealismo es el dadaísmo, creado por el brillante poeta rumano Tristan Tzara (1896-1963), quien congregó a muchachos de 20 años en Suiza para dinamitar el arte, el lenguaje y la poesía, en rebeldía contra el mundo burgués y bélico de la época, la religión, la familia, las academias. Seguidores suyos fueron en América Latina el chileno Vicente Huidobro, inventor del creacionismo, el guatemalteco Luis Cardoza y Aragón y el colombiano Luis Vidales.

Breton (1896-1966), autor de Pez soluble y la novela Nadja, precursora de Rayuela de Julio Cortázar, viajó a México en tiempos de entreguerras, donde se encontró con León Trotsky, Frida Kahlo y Diego Rivera y descubrió una cultura prehispánica milenaria de carácter surreal que atrajo a figuras europeas que huyeron del viejo mundo por el auge nazi y la Segunda Guerra Mundial.

Las pintoras surrealistas Remedios Varo y Leonora Carrington llegaron a México, donde se quedaron, haciendo del país uno de los centros del movimiento, pues el peruano César Moro escribió allí uno de los libros claves de la corriente, La tortuga ecuestre, y el gran poeta mexicano Octavio Paz fue amigo de Breton y uno de los últimos representantes entusiastas y activos del movimiento hasta su muerte.

Breton definió el surrealismo como “automatismo psíquico puro, pensamiento libre en ausencia de cualquier otro control o regulación de la razón, más allá de toda preocupación estética y moral”.

Cien años después, al escuchar al elocuente André Breton en entrevistas radiales o televisivas rescatadas del olvido, nos damos cuenta de su inteligencia, lucidez y claridad, su inmensa cultura y amor por la poesía. Tanto él como Tristan Tzara fueron figuras literarias que lucharon toda la vida por la libertad y el amor, frente a la guerra y el odio de los poderes plutocráticos e ideológicos. Por eso el surrealismo, el dadaísmo y las vanguardias siguen más vivos que nunca un siglo después.    
----
Publicado en La Patria. Manizales. Colombia, Domingo 13 de septiembre de 2024.
* En la foto Tristan Tzara, dadaísta precursor del surrealismo.



viernes, 4 de octubre de 2024

CLAUDIA SHEINBAUM Y EL MILAGRO DE MACONDO


Por Eduardo García Aguilar

El cineasta Rodrigo García Barcha está casado desde 1995 con Adriana, la hermana de la nueva presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, quien por lo tanto no solo es su cuñada, sino la tía de las nietas de Gabriel García Márquez, Isabel e Inés. 

García Márquez tenía el extraño sino de convertir todo lo que tocaba en oro, las palabras, los amigos, y por eso ya ungido por la lengüeta de fuego de la gloria atraía a los poderosos del mundo o los más pobres de México que acudieron en masa al Palacio de Bellas Artes a despedirse de él como lo hicieron con Cantinflas y Maria Félix.

No es extraño entonces que la primera mujer presidenta de México en la historia, lo que es un acontecimiento,  sea una familiar del patriarca de Aracataca y que las nietas del Nobel por el lado de su talentoso hijo Rodrigo lleven en sus venas de manera simultánea la sangre del Nobel y de la mandataria Sheinbaum, primera mujer en gobernar el país.

Cuando García Márquez llegó a México y se ganaba la vida dirigiendo revistas de farándula, en agencias de publicidad o haciendo guiones cinematográficos, el exquisito escritor mexicano Salvador Elizondo ya era una estrella nueva que ascendía sin saber que mucho tiempo después se encargaría de cuidar a los nietos del Nobel colombiano, ya millonario y consagrado, pues su hija Pía se casó con Gonzalo, el hijo menor del autor de Cien años de soledad. 

Eso me dijo él con mucho sentido del humor y con resignación una tarde que fui a ver al autor de Farabeuf en su casa de Coyoacán, donde vivía con su esposa la fotógrafa Paulina Lavista, y en un viejo corredor florido, frente a un patio lleno de árboles y macetas, estuvo bromeando sobre los colombianos que conocía, muchos de los cuales, según él, usaban corbata, mientras los nietos suyos y de GGM correteaban por ahí.  

Nadie entendió como el excéntrico "caso perdido" bigotón costeño que impulsaba en México Alvaro Mutis llegaría a la gloria en vida por sorpresa en solo unos años, mientras que sus contemporáneos mexicanos consagrados en los años 60, hombres y mujeres, terminaron casi todos en el olvido.

La llegada de la brillante física y política Sheinbaum a la presidencia de México también se puede ver como un milagro macondiano, pues Andrés Manuel López Obrador, tras una lucha en el margen de varias décadas, dado por muerto y derrotado para siempre muchas veces, logró conquistar el corazón del país y derrotar a las poderosas élites corruptas y plutocráticas del PRI y el PAN y tras un sexenio en la presidencia culminó con una aprobación nacional contundente del 80%. 

Sheinbaum llegó a la presidencia con una votación a su favor aun más fuerte que la de su mentor y con un dominio total en el Congreso, lo que garantiza para su sexenio años de estabilidad. En la Presidencia la secundará el nieto del general Lázaro Cárdenas, que lleva el mismo nombre de su mítico abuelo. Y está rodeada por un equipo de hombres y mujeres de primer nivel.

Su inteligencia, modernidad y honestidad política, y su gracia, fraguados desde cuando era combativa líder estudiantil en los años 80 del siglo pasado en la Universidad Nacional Autónoma de México, son garantía de que puede llegar a ser una gran mandataria de rango mundial al lado de Kamala Harris en esta nueva época de cambios y empoderamiento de mujeres y minorías. 

Su entronización es un capítulo más del fabuloso e improbable destino de los personajes de Macondo, universo que cuenta sucesos increíbles que nadie imaginó jamás pudieran suceder, como que una mujer científica fuera presidenta del país de Pancho Villa, Zapata, Pedro Infante, Cantinflas, El Santo y los mariachis.
----
Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 6 de octubre de 2024.     





lunes, 30 de septiembre de 2024

MÉXICO Y LA HERIDA DE LA CONQUISTA

 Por Eduardo García Aguilar


El gobierno mexicano no invitó al rey de España Felipe VI a la posesión de la nueva presidenta Claudia Sheinbaum el 1 de octubre, porque no respondió a una carta enviada por el mandatario saliente Andrés Manuel López Obrador en 2019 pidiéndole al monarca borbón que pidiera excusas públicas y oficiales de la corona y de España por la conquista y la colonización.

México desde antes y después de la Revolución ha tenido una relación muy sensible con los hechos de la conquista encabezada por Hernán Cortés, quien tras tocar tierra realizó varias expediciones en las que contó con ayuda de indígenas que, como los tlaxcaltecas, eran a su vez colonizados por la poderosa civilización azteca, uno de los últimos eslabones del mundo prehispánico tras miles de años de poderosas aventuras civilizatorias de los antiguos olmecas, zapotecos, mixtecos, mayas y teotihuacanos.

Al derrotar a las poderosas élites aztecas reinantes, los conquistadores españoles se casaron con las princesas indígenas y tuvieron descendencia con ellas, como es el caso de la Malinche, mujer de Cortés, que a su vez fue su traductora y ágil asesora del español en su campaña militar y el trabajo para solidificar su presencia y dominio en la nueva colonia.

En todo el inmenso país se replicó esa actitud de Cortés y mandos menores se casaron con las hijas de los caciques y llegaron a acuerdos para usar la mano de obra indígena en todo el país, razón por la cual hubo, a diferencia de otros países latinoamericanos, poca necesidad de importar desde África esclavos para realizar trabajos agrícolas y domésticos.

México es pues un país mayoritariamente indígena y mestizo y aun perviven medio centenar de lenguas prehispánicas y poblaciones monolingües. Arte, culinaria, costumbres, forma de vestir y lenguajes indígenas siguen vivos en todo el territorio, por lo que desde la Revolución mexicana los gobiernos han destacado e impulsado la cultura ancestral, creando un nacionalismo popular sincrético encabezado por el cultuo a la virgen morena de Guadalupe, adorada por los mexicanos y celebrada por millones de fieles cada año.

Pese a la vecindad con Estados Unidos y los tres siglos de colonización española, la cultura indígena pervivió y está anclada en lo más profundo de la tierra y los corazones de los más de cien millones de habitantes de ese rico y poderoso país. En el siglo XIX el presidente indígena Benito Juarez derrotó al Emperador Maximiliano, enviado por las potencias europeas a gobernar a México, y lo mandó fusilar sin compasión  en el cerro de las Tres campanas, cerca de Querétaro.

En México, desde la gesta de Juárez y mucho más después de la Revolución de Zapata y Pancho Villa, se prohibió cualquier homenaje a los conquistadores españoles, por lo que no hay estatuas o monumentos en su honor, e incluso la tumba de Hernán Cortés es un nicho casi clandestino y anónimo empotrado en los muros de una iglesia colonial.

No es de extrañar entonces que México siga aplicando su politica de orgullo nacionalista e indigenista y siga esperando las excusas de España que no llegan. Es un tema tan sensible como el de la esclavitud, que prevaleció durante siglos y en la actualidad genera polémica entre quienes dicen que pertenece a la historia y quienes piensan que las heridas siguen vivas. 
---
Publicado en La patria. Manizales. Colombia. 29 de septiembre de 2024.
 



sábado, 21 de septiembre de 2024

EL ESTRIDENTISTA MEXICANO LIST AZURBIDE

Por Eduardo García Aguilar

Cuando trabajaba en AFP México en la Torre Latinoamericana me encontraba con don Germán List Azurbide (1898-1998) en el Palacio Postal, donde él tenía su apartado, como yo, aunque fuera seis décadas mayor. Me hablaba de personajes idos como el poeta colombiano Luis Vidales, para él un estridentista colombiano, y de German Pardo García, otro centenario de ese país que vivió y murió en México.
 
Alto, recio, dandy de estirpe germana, List me impresionaba por su frescura y jovialidad, y su coquetería con las chicas a su edad ya casi centenaria. Erguido a los noventa y pico y además elegante, impecable, lúcido, antisolemne. Cruzaba el Eje Central, sin temor, como lo hacían otros hombres de los tiempos de la Revolución que conservaban el cerebro y el cuerpo sanos a esas alturas, por ejemplo el escritor, poeta y senador oaxaqueño Andrés Henestrosa, que fue amigo de Barba Jacob, el gran pintor también oaxaqueño de fama mundial Rufino Tamayo y el poeta Alí Chumacero.

Y además List y yo éramos vecinos en el número 1953 de Avenida Universidad, en Coyoacán y cerca de la Universidad Nacional Autónoma de México. A veces lo saludaba desde mi ventana. desde un primer piso cuando él venía caminando y él me respondía alzando el sombrero, pues en el centro, junto al palacio de Bellas Artes, habíamos coincidido ya algunas veces y sabía que era colombiano, país por el que sentía gran afecto.

Por ahí vivía también Adolfo Castañón, poeta, filósofo, prosista mexicano y uno de los pilares contemporáneos de la sabiduría latinoamericana, y no lejos, ya más cerca de Coyoacán, otro longevo dadaísta y surrealista guatemalteco, el gran Luis Cardoza y Aragón, a quien visité en su casa y encontraba también con frecuencia junto al Palacio de Bellas Artes en el bello y colonial restaurante Sanborn's de la casa de los Azulejos, frecuentado por muchos de quienes asistían a los actos literarios celbrados en el Centro Histórico de la Ciudad de México.  

List Azurbide escribió el Manifiesto estridentista, publicado hace cien años en 1923 con otros compañeros de generación, entre ellos Manuel Maples Arce, figuras pioneras de la vanguardia poética mexicana de los años 20 que rompía para siempre con el modernismo, los sonetos, la poesía en alejandrinos y la ya caduca solemnidad romántica decimonónica. El Movimiento estridentista tuvo vigencia desde 1921 a 1927 y participaron en él artistas de todas las disciplinas que celebraban con entusiasmo la Revolución Mexicana y reaccionaban como jóvenes a los cambios vertiginosos del mundo en materia de industria, tecnología y comunicación. 

Las vanguardias proliferaron en Europa primero con el dadaísmo de Tristan Tzara, el futurismo de Marinetti y después con el surrealismo encabezado por André Breton, Philippe Soupault, Luis Aragon y otros que practicaban la escritura automática y tenían relaciones estrechas con artistas plásticos revolucionariios como el joven Salvador Dalí, Marcel Duchamp  o Francis Picabia. Entre los latinoamericanos que vinieron casi adolescentes a Europa en esos tiempos figuraban el chileno Vicente Huidobro, Luis Vidales, Luis Cardoza y Aragón y el peruano César Moro, autor de La Tortuga ecuestre.

Sobre esos y otros temas uno podía hablar con el nonagenario List Azurbide, que caminaba orondo con su paraguas por las avenidas y aceras congestionadas de autos y gente alrededor del Palacio de Bellas Artes y el Palacio Postal, una joya italiana que fue traída pieza por pieza desde Italia a la Ciudad de México.

----
Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 22 de septiembre de 2024.


 

sábado, 14 de septiembre de 2024

LOS CAMBIOS Y LOS ABISMOS

Por Eduardo García Aguilar


Sófocles, Homero, Virgilio, Dante y Thomas Mann fueron algunos de quienes practicaron el arte de percibir los momentos abismales que los seres humanos, naturaleza y sociedades enfrentan tarde o temprano y significan lanzarse a espacios y precipicios en una gran aventura, voluntaria a veces, y otras ineluctable.

Prometeo Encadenado en aquella cumbre solitaria vive la condena y Ulises se pierde en un largo viaje de décadas lejos de los suyos en lugares desconocidos e inhóspitos de donde pudo no haber vuelto jamás. Igual ocurre con el héroe de la Eneida, personajes y lugares de la Divina Comedia que aun nos estremecen. Y Thomas Mann ha creado un mundo paralelo en ese sanatorio helado de tuberculosos de donde pocos salían con vida. Personajes y sociedades contadas en muchas de esas obras nos muestran la fugacidad vital de los seres humanos y las civilizaciones creadas por ellos, que el tiempo reduce a polvo, cenizas y olvido.    

Así ocurre ahora cuando llegamos al primer cuarto del siglo XXI, ya avanzados en medio de graves conflictos bélicos y pandemias, pero también sacudidos por cambios insondables como la Inteligencia Artificial, la proliferación de las redes sociales y la conexión adictiva de humanos bajo el mando del poder financiero.

Muchas de las actividades humanas han registrado cambios radicales, pues al estar todos conectados accedemos en un instante a todas las informaciones posibles y somos intoxicados por ellas: la política cambió de perversidad y se convirtió en una guerra sucia de información y desinformación veloz que se practica desde sórdidos lugares financiados por poderes ocultos y tenebrosos.

En las diferentes épocas de la humanidad hubo cambios radicales como cuando empezaron a utilizarse alfabetos y escrituras, tabletas babilónicas o papiros egipcios, antes de llegar a niveles altos de conocimiento, transmisión de  saberes en las civilizaciones mesopotámica, egipcia, china, india, griega, maya, inca o romana, un sorprendente imperio éste último que se extendió por gran parte del mundo conocido, unificando tradiciones, costumbres y prácticas culturales y tecnológicas.

El Renacimiento con Venecia, Florencia, Verona y Roma fue otra época fantástica de cambios en arte, ciencia, filosofía, letras, ingeniería, cosmografía y matemáticas. La invención de la imprenta por Gutenberg constituyó una revolución tan importante como la provocada por la era internet de Bill Gates y Mark Zuckerber, de la que somos contemporáneos. El libro reinó durante medio milenio y ahora pervive como industria, aunque nuevos soportes lo reemplazan. 

En siglos pasados, humanos ilustrados coleccionaron libros a veces hasta la exageración o la patología. Cuando muere uno de ellos, su biblioteca va a la basura y si tiene suerte termina dispersa en librerías de viejo. Aunque quiera donar la biblioteca a una institución, el regalo es con frecuencia rechazado, pues ya no hay espacio. Las grandes bibliotecas individuales terminaron en desuso, convertidas en un encarte para los herederos.

Cualquiera puede poseer ahora la misma biblioteca en una tableta con capacidad infinita y llevarla de paseo en la bolsa de playa en playa y hotel en hotel. Así son los cambios y los abismos que cada generación enfrenta con escalofríos, haciendo de los sabios longevos dinosaurios caducos perdidos en un mundo que ya no los entiende y es para ellos incomprensible. 

-----

Publicado en La Patria, Manizales. Colombia, el domingo 14 de septiembre de 2024.



miércoles, 4 de septiembre de 2024

UNA NOVELA Y UNA EXPLORACION LITERARIA


Por Germán Eugenio Restrepo

Aquello que miramos y no podemos
ver es lo simple. Lo que escuchamos
sin oír: lo tenue. Lo que tentamos sin
asir, lo mínimo.
Lao Tse (Tao Teh King)

No siempre para escribir acerca de un libro o de una novela se comienza por citar a esos mágicos textos que son el Tao Te King o el I Ching, ambos de alguna forma relacionados. Y creer con el escritor Umberto Eco que los libros conversan entre si , o aproximarnos a Jorge Luis Borges, para entender descifrado en el libro al universo, es solo una de las aristas que los libros nos brindan y nos ofrecen a cada momento.

Desde que descubrí el libro , siendo muy niño, un horizonte de vivencias y aventuras se abrió para mi y encontré en el una madeja de acertijos, laberintos, sugerencias, lugares, personajes, castillos, casas antiguas, bosques encantados y muchas historias y fantasmas que han poblado mi memoria y han generado la lúdica complacencia de ver en mi biblioteca repetida la canción sugerente de la poesía.

En una de esas tardes frías de Bogotá, mientras hurgaba y miraba libros en mi biblioteca, tomándome un café, encontré un libro titulado El viaje triunfal, del autor caldense y manizaleño Eduardo García Aguilar. (Tercer Mundo Editores. Bogotá. 1993)

Una novela que a pesar del tiempo transcurrido, tiene la vigencia de sus personajes y la textura representativa de un escenario histórico, muy próximo, para quienes hemos vivido en Manizales y tenemos para con esta bella ciudad el recuerdo de una vida cultural esplendente que ha quedado grabada en la memoria del afecto.

En esta novela: El viaje triunfal, prospera una narrativa que nos conduce por diferentes etapas de la historia de Colombia, auscultando el autor lo que es el intrincado discurrir del final del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Revive y pone en escena personajes como: José Asunción Silva, José Maria Vargas Vila, Enrique Gómez Carrillo y Cesar Vallejo, entre otros.

Define y muestra esa interesante e irreverente generación del Olimpo Radical que llega al poder en la década de 1860 y que erige la Constitución de 1863 o Constitución de Rionegro: federalista; y que le diera gran importancia a la educación y a la libertad de pensamiento.

Arnaldo Faria Utrillo, un personaje que define todo el fardo de dificultades que el escritor y el poeta asumen en un medio social complejo, y en donde el arte es simplemente un acontecer irredento, dentro de una cultura que siempre es pétrea e indiferente frente al proceso creativo planteado por el artista. Y lo que llama la atención de ese viaje triunfal, es que no solamente comprende un viaje realizado por el protagonista desde Latinoamérica, Europa y el medio oriente, para terminar en una ciudad como Manizales, poblada de ecos y fantasmas.

El viaje triunfal, la bella novela de Eduardo García Aguilar, es el itinerario de un artista: de un hombre que realizó su propio periplo y que termina, no en una ciudad, sino en esa continuidad de la vida que se realiza en la Barca de Caronte. Una novela para ser leída y reflexionada, y que hace de la historia un tránsito: una posibilidad de ser.
Por eso, un libro -siguiendo el Tao Teh King – es lo simple, lo tenue y lo mínimo. Y por eso precisamente, lo encierra todo.

Eso sentí al leer nuevamente la novela de Eduardo García Aguilar.

Sería interesante tomarme un café , con Arnaldo Faria Utrillo y que me hablara de una generación perdida en el tiempo, y en ese olvido que todo lo cubre y todo lo define.

--- 

Publicado en Quehacer cultural Manizales. 28 de agosto de 2024

domingo, 1 de septiembre de 2024

LOTI Y LOS FANTASMAS DE ORIENTE

Por Eduardo García Aguilar

Hace cien años el escritor Pierre Loti murió septuagenario tras una vida de viajes, convertido en best-seller por sus evocaciones de los paisajes de oriente y otras comarcas del mundo que visitó como oficial de marina  francesa, cuando su país era una gran potencia colonial dominante en muchos lugares del planeta. 

Nació en 1850 y como muchos de los de su generación se benefició del poder colonial, que enviaba a sus jóvenes cuadros a muchos lugares del mundo en barcos de su poderosa flota. Ya fuese como diplomáticos, marinos, ingenieros, empresarios, geógrafos, religiosos, artistas, espías, algunos muchachos soñadores pudieron cumplir así sus sueños de ir y venir por el mundo a sus anchas, habitando en mansiones diplomáticas o en lujosos hoteles, donde contaban con amplia y atenta servidumbre.

Otros miembros de la élite viajaban por cuenta propia, como el gran novelista Gustave Flaubert, y sus viajes preferidos por lo regular eran a la eterna Italia y después al misterioso Oriente Medio o más allá en países más exóticos que los maravillaban como la India, China y Japón o la Polinesia lejana, donde habitó el gran pintor Paul Gauguin.

Antes de estos finiseculares amantes del vicio, el opio, el erotismo y la decadencia, notables miembros de la generación romántica de comienzos del siglo XIX realizaron esas peregrinaciones, como el alemán Goethe o el inglés Lord Byron, quienes dejaron testimonio diario de esos periplos en busca de las maravillas de la Grecia clásica o la Roma imperial. 

Sus costosos viajes se hacían en largas caravanas, siempre en carrozas haladas por caballos donde llevaban biblioteca, enseres, muebles y hasta piano para instalar en los diferentes puntos del camino, donde solían quedarse en calma durante semanas. 

Esos viajes largos duraban años enteros y a veces décadas, cuando el objetivo era más lejano, como ocurrió antes con el gran precursor de los viajeros modernos, Marco Polo (1254-1324), quien dejó uno de los relatos de viaje más fascinantes de la historia, pues recorrió y describió por primera vez los más lejanos y extraños países de Medio y Extremo Oriente.

Los viajeros románticos de la élite llevaban cartas de recomendación y en el camino eran recibidos por monarcas, prelados, magnates o aristócratas que les ofrecían la hospitalidad y los agasajaban. En sus inicios no fue el caso de Pierre Loti, quien de joven en su viaje a Constantinopla no tuvo tantos recursos y vivió mas como aventurero buscador de perfumes, seducciones y placeres orientales, tal y como lo cuenta en su relato del amor a su amada Aziyadé, libro que lo hizo famoso y lo convirtió en best seller millonario, notable y miembro de la Academia Francesa.

Cada uno de sus decenas libros de viaje se convertía en acontecimiento y poco a poco él mismo se volvió un excéntrico magnate que poseía mansiones donde reproducía en sus habitaciones los espacios exóticos que visitó en países lejanos, espacios que parecían galerías y museos de un coleccionista caprichoso y neurótico algo fetichista.

En "Fantasmas de oriente" cuenta en un relato trepidante y angustioso su regreso diez años después a Constantinopla en busca de la amada Aziyadé, jovencita que pertenecía a un harem y a la que amó en secreto y abandonó después para seguir su periplo. 

Es un relato sobre tiempo, muerte, culpa, deseo y erotismo entre perfumes exóticos. Escritores latinoamericanos de su tiempo como el colombiano José Maria Vargas Vila y el guatemalteco Enrique Gómez Carrillo lo imitaron y se convirtieron en prolíficos best-sellers como él al contar placeres perdidos bajo efecto de elíxires prohibidos.
------
Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 1 de septiembre de 2024


lunes, 19 de agosto de 2024

DIEZ AÑOS SIN MIGUEL DE FRANCISCO


Por Eduardo García Aguilar

Hace ya diez años falleció un día de febrero de 2006 en París el escritor colombiano Miguel de Francisco (1949-2006), aquejado por el cáncer fulminante de pulmón que le provocó su consumo exagerado de tabaco, que se agravó cuando comenzaba una nueva etapa creativa de su vida en un apartamento desde donde podía ver extendida la ciudad a sus pies.

De Francisco fue un escritor raro, excéntrico, esteta que dedicó su vida a la literatura como si esta fuera una religión, alejándolo muchas veces de las obligaciones reales a las que están obligados todos los comunes mortales en este planeta, lo que le causó no muchas dificultades económicas y vitales en su larga errancia por varios países europeos como España, Francia y Austria entre otros.

Quienes lo conocimos sabemos que el sentido de su vida fue la lectura, la pasión por autores raros de todos los tiempos y la afición por otras ramas del arte como la plástica y la música, a las que dedicó crónicas y no pocos trabajos periodísticos dispersos en revistas y suplementos literarios.

Antes de irse para siempre de Colombia, trabajó como profesor de literatura en el Colegio Juan Ramón Jiménez en Bogotá y dio clases sobre escritura y lectura en varias universidades, donde comunicó a sus alumnos la pasión por autores de todos los tiempos y las técnicas literarias diversas que él exploraba en todos los sentidos. En Barcelona, donde vivió muchos años, realizó trabajos para editoriales como traductor y corrector y después tuvo empleos en Viena y París, ciudad esta última donde trabajó en el Centro de Arte contemporáneo Pompidou y en oficinas de difusión del ministerio de Cultura.

Errante esencial, vivió en muchos sitios, poblando hoteles, buhardillas, casas y apartamentos de amigos o amadas y lugares donde solía pasar poco tiempo. En un momento obtuvo la beca para escritores de Saint Nazaire, donde residió en un apartamento situado en un piso alto frente a los astilleros de esa fría ciudad frente al Atlántico. En todos esos lugares escribió miles de cartas a los amigos cuando aun se solía ejercer la correspondencia escrita y redactó algunos de sus principales libros como Arcana, Armario de Solterones o el Enano y el Trébol, entre otros. Su prosa era barroca, a veces difícil de seguir por lo culterana y cargada de múltiples sentidos, inspirado por la obra de José Lezama Lima y otros barrocos latinoamericanos como Severo Sarduy. También fue un gran lector de los modernistas y de los decadentes franceses y europeos de fines del siglo XIX y exploró autores raros de todos los tiempos, grandes novelistas experimentales como Lawrence Sterne o James Joyce, o místicos cristianos o judíos.

Poseo unas 30 cartas inéditas de Miguel de Francisco escritas desde Barcelona y París donde en largas páginas cuenta su cotidianidad y la vida literaria de las ciudades, así como sus lecturas insomnes, proyectos e ilusiones, y en todas ellas anima al corresponsal a descubrir nuevos autores y a luchar contra viento y marea para vencer los fantasmas de página en blanco.

En Armario de solterones cuenta la vida de las pensiones e inquilinatos donde estuvo temporadas en Bogotá con su anciana madre divorciada y se acerca en esas páginas al destino de solitarios y fracasados en esa fría capital de los años 50 y 60 donde transcurre su infancia y parte de la adolescencia.

También con su madre, que fue enterrada en el cementerio de Montjuich en Barcelona, Miguel de Francisco Forero viajó por varias ciudades europeas de niño y adolescente residiendo en hoteles y pensiones hasta que la poca fortuna familiar se fue extinguiendo hasta dejar a esa improbable pareja de madre e hijo casi en la miseria novelesca. Miguel siempre esperó durante su vida una herencia, y quiso el destino que cuando ya se resolvieron los pleitos judiciales de décadas, el asunto se aclaró poco después de su muerte y el legado fue devuelto al Estado pues él murió intestado, sin hijos y sin viuda, como en las novelas. 

De las miserias y pobrezas cíclicas siempre se levantaba el escritor, quien gustaba de trajes finos y chaquetas de cuero, gasnés, camisas exquisitas, mancuernas, corbatas y corbatines de seda, sombreros y otros adminículos de la elegancia propugnada por Brummel, y de esta forma, aunque andara a veces sin un peso en el bolsillo, deambulaba como un verdadero dandy por las calles de Madrid, Barcelona, Viena o París. Algunos de sus libros fueron traducidos al francés por autores conocidos como Laure Bataillon o Michel Falempin, quienes lo apreciaban y admiraban, y editados en bellas ediciones, pero como casi siempre ocurre en Colombia con los errantes y viajeros, poco se le publicó allí, salvo en la colección de la diáspora de Colcultura, dirigida hace cinco lustros por Óscar Collazos y Guido Tamayo, que escribió una noveleta, El inquilino, inspirada en la vida de este esteta colombiano olvidado.

El sol caía en París, nítido, enorme, a la izquierda del paisaje de tarjeta postal vista desde los dos ventanales del último apartamento de Miguel de Francisco. Ahí lo sorprendió la muerte entre desesperados ataques de tos, la madrugada de un sábado o un domingo o un lunes de fines de febrero de 2006, con los pulmones cristalizados por cuatro décadas de humo.

Quedó ahí tirado con un plato destrozado, los pies hacia el baño, a donde tal vez fue a conectarse al aparato de oxígeno, y su rostro sereno hacia el pequeño corredor que da a la cocina y a la habitación. Vivía allí desde hacía un año, en el piso 17, apartamento K, del número 46 de la rue Bargue, al sur de la ciudad, no lejos de la rue de Vaugirard y del metro Volontaires, con la inmensa Torre Eiffel al frente, y a la derecha la cúpula dorada de Invalides, donde reposa Napoleón. Era un sitio espléndido para un literario total, indecente y marginal como él -”muy antiguo y muy moderno”, como diría su adorado poeta nicaragüense Rubén Darío. 

-----

Artículo publicado el 3 de junio de 2016, con motivo de los diez años de su deceso.

sábado, 27 de julio de 2024

LA GRAN FIESTA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS


Por Eduardo García Aguilar

Abandonada por sus habitantes, que partieron de vacaciones a sus lugares de provincia, e invadida por millones de turistas, París es ahora el escenario cinematográfico y mediático de los Juegos Olímpicos 2024 que verán en las pantallas desde todos los rincones del mundo miles de millones de habitantes del planeta. Desde hace días las sirenas suenan a lo largo del día y la noche en calles y avenidas de la abigarrada, antigua y densa ciudad, a medida que llegan jefes de estado, figuras mediáticas, estrellas deportívas y musicales y personalidades encargadas de llevar la llama olímpica a varios rincones emblemáticos de la capital y sus suburbios.

Deportistas y turistas sueñan con la ciudad que los franceses han sabido conservar casi intacta respetando el pasado y en los cines se proyecta ahora El fabuloso destino de Amélie Poulain, una película de comienzos de siglo XXI que se convirtió de culto y genera en espectadores de varias generaciones en el mundo una atracción especial por el mito de la ciudad luz, la de  poetas, mimos, actrices, comediantes, divas, músicos, novelistas. Una película que ha convertido al barrio de Montmartre en una especie de Disneylandia. 

En la madrugada del día de la inauguración se registraron una serie de sabotajes de misterioso origen en las redes eléctricas e informáticas del ferrocarril, que paralizaron los trenes de alta velocidad en las zonas atlántica, norte y este del país, perjudicado a casi un millón de viajeros que se aprestaban a partir de vacaciones o a venir a la capital a asistir a los actos, generando caos en varias estaciones centrales férreas como la concurrida Montparnasse.

Además, a diferencia de otros años en que por estas fechas reina la canícula y el sol, y la alegría y la fiesta en los bares, la capital lleva meses registrando nubosidad y ligeras y fuertes lluvias, que reinaron también durante la ceremonia preparada desde hace años en el río Sena, lo que no impidió que la gente acudiera y asistiera con entusiasmo a las celebraciones como si estuvieran en un día de invierno bajo un aguacero terrible. Tony Estanguet, el joven ex deportista, máximo jefe francés de la organización, destacó que cuando se aman los Juegos Olímpicos, nadie se deja impresionar por "algunas gotas de lluvia".

La noche anterior, centenares de jefes de Estado, funcionarios, estrellas cinematográficas, autoridades deportivas y diplomáticas, magnates, asistieron a la cena central previa a la ceremonia en el museo del Louvre, con la presencia del presidente Emmanuel Macron y en el marco de la crisis política que tiene al país sin gobierno después de la disolución del Congreso y la derrota del campo presidencial.

Varias estaciones de metro aledañas a las riberas del Sena fueron cerradas y un laberinto de vallas ocupó la mayor parte del centro de la ciudad, obligando a negocios, tiendas, bares y restaurantes a cerrar, ante la imposibilidad de que sus clientes puedan acceder, mientras decenas de miles de policías, gendarmes y militares patrullan las calles para prevenir cualquier acto terrorista que empañe el inicio y el desarrollo de los Juegos Olímpicos, en un agitado contexto mundial afectado por las guerras, el auge del yihadismo islámico y la incertidumbre política generalizada en Europa y el mundo.

Pero pese al cielo cubierto y al aguacero, cuando debía reinar el dios sol, el espectáculo coreográfico resultó notable y variado. Los artistas dieron todo de sí y se adaptaron al clima y gracias a ellos el arte estuvo presente con la energía necesaria. Los deportistas en barcos grandes y pequeños cruzaron el Sena esgrimiendo sus banderas y alegría.

El futbolista Zidane, Rafael Nadal, Nadia Comanecci, los túneles, Lady Gaga, raperos, pop stars, homenajes a grandes mujeres precursoras, afrodescendientes y personas provenientes de minorías esclavizadas y humilladas, Maria Antonieta decapitada, la Última cena transgénero, dieron el toque libertario en el marco del espíritu de la Revolución Francesa cantada por Victor Hugo en sus poemas y novelas. La coreografía impresionante no olvidó la historia y la consigna francesa revolucionaria de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Un gran espectáculo como saben hacerlos los coreógrafos franceses, años de preparativos y lucha bajo la guía de la alcaldesa de París Anne Hidalgo, nacida en España e hija de inmigrantes. Un éxito para ella y para Francia y para el mundo, que sueña con la paz. Por un momento las guerras y el odio desaparecieron tras la maravilla del arte, la danza, el canto, el color, la luz.

La pirámide del Louvre, el Jardín de Tuilleries, lugares llenos de historia, asonadas, golpes y revoluciones Y bajo el aguacero la llama olímpica, encendida por Marie José Perec y Teddy Riner, voló en un enorme globo aerostático antes de que resonara la voz milagrosa de Céline Dion, interpretando una canción de Edith Piaf. Y al fondo la Torre Eiffel y unos magníficos efectos especiales mientras los drones captaban las imágenes de la ciudad húmeda y límpida como nunca, llena de luces y de sombras.



  





sábado, 20 de julio de 2024

GALERÍA DE POETAS MALDITOS

Por Eduardo García Aguilar

Cuando el joven despunta a la literatura y comienza a amar los libros y pasar las noches leyendo novelas, poemas o ensayos, lo hace a sabiendas de que el camino es el más peligroso, pues la mayoría de sus héroes fueron fracasados en vida, víctimas de las circunstancias e incluso agobiados por la locura, la enfermedad o la pobreza.

Primero el lector se encuentra con el poeta adolescente Arthur Rimbaud, quien murió en un hospital de Marsella, mutilado, sin saber que después se convertiría en una gloria nacional y mundial. 

Después de escribir algunos poemas y prosas y leerlos en cenáculos de París en el marco de su relación homosexual con el poeta maldito Paul Veraline, Rimbaud huyó de todo durante la vida en un viaje interminable que lo llevó a muchos lugares hasta recalar en Abisinia, donde fue encargado de trilladoras de café y negocios varios, entre ellos el tráfico de armas.

Buscó en vano la riqueza, intentó ser reconocido como geógrafo y corresponsal de viajes lejanos, pero se le atravesó la enfermedad. Muchos que lo conocieron en su periplo africano nunca supieron que había sido poeta y los que envejecieron y le sobrevivieron, en especial sus jefes, se sorprendieron de su gloria súbita e inabarcable posterior.

Lo mismo ocurre cuando el joven lector descubre la Metamorfosis de Franz Kafka, otro autor maldito que este 2024 cumple cien años de muerto. Si no fuera porque su amigo Max Brod no quemó los borradores de sus obras como se lo había pedido, en la actualidad nada o pocos sabríamos de él. 

Igual que Rimbaud, Kafka vivió sus últimos meses aquejado por la enfermedad y su vida transcurrió ejerciendo trabajos burocráticos menores en medio de las intrigas de oficina y las preocupaciones económicas en una Europa en crisis que se dirigía de nuevo hacia la guerra.

Si el joven descubre al poeta uruguayo y francés Lautréamont, autor de los magníficos y terribles Cantos de Maldoror y una colección de poesías y quien murió muy joven y solitario en un hotel del centro de París, también descubrirá que sus publicaciones a cuenta de autor financiadas por su estricto padre fueron un  fiasco total y que solo después, gracias a la generación de los surrealistas, fue redescubierto y convertido en mito moderno de la literatura.

Otro autor que nos ha fascinado a los muchachos que descubren la literatura muy temprano es Federico García Lorca, luminoso joven español que fue fusilado en 1936 trans una corta vida llena de acontecimientos y logros artísticos que lo llevaron a Buenos Aires, La Habana y Nueva York, a cuya ciudad dedicó uno de los libros más fascinantes de la poesía de la época y de la lengua, Poeta en Nueva York, que es aun vigente.

Titiritero, dramaturgo, poeta, bailarín, músico, dibujante, García Lorca fue adorado por todos quienes lo conocieron y cada vez que llegaba de gira a alguna capital en el ámbito de la lengua castellana era recibido igual que Rubén Darío con todos los honores y el calor humano posible, como lo atestiguan múltiples fotos de aquella época de los años 20 y 30 del siglo XX, tan llenas de movimiento y cambios estéticos y presagios de crisis financieras y guerras.

Y así uno tras otro los héroes literarios que se nos atravesaron temprano nos indicaron que la tragedia y el fracaso signan por lo regular a poetas y escritores eternos, como el José Asunción Silva suicida y finisecular de la helada Bogotá de 1896 o el Barba Jacob de la tuberculosis y la sífilis, que no publicó casi ningún libro en vida y cuya leyenda fue posterior a su muerte ocurrida en el centro de la Ciudad de México en un invierno de 1942.

La lista sería interminable si exploramos la literatura de tantos países y épocas, que a través de los siglos ha sido practicada en silencio por tantos seres atormentados y suicidas o por héroes como Lord Byron, quien murió cuando soñaba con liberar a Grecia o el gran poeta André Chénier, guillotinado en la Revolución francesa y quien escribió un gran poema en la antesala de su decapitación.

También están en la lista otros que nos fascinaron y fascinan como el romántico Hölderlin, que vivió como el francés Antonin Artaud gran parte de su vida aquejado por la locura e internado, o el genial Federico Nietzsche que de una juventud brillante y exitosa pasó a la demencia interminable al cuidado de su madre y hermana, dejando una obra que nos sorprende y estremece.

Noches enteras leyendo Así hablaba Zaratustra y otros de sus libros nos hicieron vibrar al calor de las ideas más locas, gozando esa prosa que aruñaba el pasado y el futuro y nos invitaba a volar por los abismos. Ejemplo máximo de lo que es el ejercicio literario como utopía y pulsión de abrir las más lejanas puertas y volar por el cosmos.
-----
Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 21 de julio de 2024

 


sábado, 13 de julio de 2024

FIESTA EN LA PLAZA DE LA REPÚBLICA

Por Eduardo García Aguilar

Poco antes de la hora autorizada para el anuncio de los resultados de las elecciones legislativas francesas del 7 de julio, las redacciones de diarios, noticieros y agencias hervían con la noticia del triunfo electoral del Nuevo Frente Popular de izquierda y la derrota de la ultraderechista Agrupación Nacional, que ocupó el tercer lugar después del campo presidencial.

Encuestas y analistas aseguraban desde hace días que un triunfo de la izquierda unida era matemáticamente imposible y aseguraban que la ultraderecha, aunque no llegaría a la mayoría absoluta, si obtendría la relativa. Antes de la hora precisa en que se darían los resultados, los rostros de analistas y políticos invitados en las diversas cadenas televisivas de todas las tendencias se observaba el asombro, unos jubilosos, otros sonrientes y los demás desencajados. 
  
Y más explosiva aun fue la reacción a la noticia cuando en pantalla se vio la nueva repartición de la Asamblea Nacional, que daba el triunfo al Nuevo Frente Popular, un siglo después del logro de Leon Blum a la cabeza de una coalición similar, que al llegar al poder otorgó en Francia el derecho de vacaciones a los trabajadores y la semana laboral de 40 horas.

En la Plaza de Stalingrad, al norte de París, los seguidores de líder del principal partido de la coalición de izquierda, La Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, viejo tribuno de 70 años al que se debe el núcleo que hizo posible la resurrección de la izquierda, cuando hace unos años se daba por casi extinguida, escucharon las electrizantes palabras del tribuno, quien era el único que creía en la victoria tras una lucha de varias décadas. 

Y así sucesivamente en muchas ciudades y regiones del país la onda de euforia de la gente progresista de los partidos ecologista, socialista, comunista y La Francia Insumisa abarcó todo el territorio, llegando al clímax en la manifestación realizada en la emblemática Plaza de la República de París, donde se han registrado desde hace mucho tiempo jornadas históricas inmortalizadas por imágenes inolvidables.

La plaza estaba llena de jóvenes que se subieron a la estatua de la República esgrimiendo banderas rojas y francesas, mientras desde otro ángulo de la plaza se proyectaban luces intermitentes con los colores de la bandera tricolor azul, blanco y rojo del país. Casi todos esos muchachos y muchachas nacieron en este siglo XXI y representan a una nueva generación bastante comprometida con las luchas sociales, ecologistas, animalistas y humanistas. Ellos representan el rostro multicolor de la nueva Francia y la esperanza del país en plena crisis local y europea.
    
La enorme explanada estaba llena de una mayoría de jóvenes, familias francesas descendientes de inmigrantes de origen africano, megrebí, asiático y de otras nacionalidades y personas mayores que acudieron a la plaza para presenciar el hecho con la nostalgia de haber participado jóvenes en las jornadas de mayo de 1968 o en las celebraciones cuando llegó la izquierda unida al poder con François Mitterrand en 1981.

Grupos de jóvenes cantaban, otros gritaban consignas contra la extrema derecha y el presidente Macron, más allá interpretaban música o se acercaban a los puestos a comprar refrescos, cerveza o alimentos y viejos y jóvenes hablaban con entusiasmo de lo ocurrido. Lo imposible había ocurrido, aunque es una victoria relativa y frágil en un contexto de ingobernabilidad y fragmentación política.

Estuve ahí hasta que casi a la medianoche cuando la policía empezó a lanzar gases lacrimógenos para dispersar la manifestación, pues en calles aledañas se registraban enfrentamientos entre grupos de jóvenes con las fuerzas del orden. La gente empezó a dispersarse o a ingresar a las bocas del metro dando por terminada poco a poco la fiesta.  

Una celebración que sin embargo augura semanas o meses de desestabilización en el país, como si estuviera al borde de un abismo desconocido e imprevisible en el marco de la Quinta República fundada por el general Charles de Gaulle, pues fiel a su estilo, el presidente Emmanuel Macron, aunque su partido y aliados fueron derrotados, tratará hasta último momento de negar la victoria de la izquierda unida, lo que generará tensiones y conatos de rebeldía.

El 14 de julio se celebra la fiesta nacional y el 18 será la primera sesión de la Asamblea legislativa, donde habrá tensiones para elegir al presidente o presidenta de la misma, que es la cuarta persona en el rango del poder en el país. 

Comenzarán entonces las sesiones que se auguran caóticas, pues no hay ninguna fuerza con mayoría absoluta y el presidente no podrá volver a disolver
el Congreso hasta dentro de un año. Nadie sabe aun quien será el nuevo o la nueva Primer ministro y mientras tanto el joven líder del partido presidencial Renaissance, Gabrial Attal, seguirá manejando los asuntos corrientes.

La histórica fiesta de la Plaza de la República fue el pasado domingo, pero como ocurre cuando se acelera la historia, parece ya un hecho lejano y a la euforia inicial sucede la incertidumbre y el augurio de difíciles jornadas que ni siquiera la celebración de los Juegos Olímpicos 2024 logrará calmar.  
-----
Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 14 de julio de 2024.


  


jueves, 27 de junio de 2024

EL RETORNO DEL EX PRESIDENTE HOLLANDE

Por Eduardo García Aguilar

El ex presidente socialista François Hollande, quien gobernó Francia de 2012 a 2017 es un astuto y brillante político que ha logrado superar a través del tiempo derrotas, intrigas y travesías del desierto y sabido retornar al protagonismo cuando todo el mundo lo daba muerto. Goza además de un gran sentido del humor y es famoso por sus chistes y ocurrencias inolvidables y su buen apetito.


Desde muy joven entró a colaborar con el presidente François Mitterrand y lideró el Partido Socialista varios lustros, antes de lanzarse como candidato a la presidencia de la República, en cuya aspiración tenía muy pocas posibilidades, pues el director del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn, encabezaba arrolladoramente las encuestas y se consideraba seguro ganador y futuro presidente.

Hollande, a quien incluso muchos al interior de su propio partido detestaban y apodaban flanby por sus rondeces y espíritu socarrón o por sus posiciones socialdemócratas y moderadas en materia económica, sólo tenía en las encuestas un 4% de favorabilidad, cuando el director del FMI se vio inmiscuido en un escándalo sexual en Nueva York, por lo que fue detenido ante el asombro mundial.

Las fotos del jefe del FMI Strauss-Kahn esposado y conducido a la cárcel figuraron en las primeras planas de los diarios del mundo y durante meses fue la noticia al enfrentar acusaciones de abusar de una mucama afrodescendiente en un hotel de lujo, con la que llegó finalmente a un arreglo y pagó millonaria suma para salir meses después libre, exonerado, pero humillado, derrotado y muerto en política para siempre.  

Tras la estrepitosa caída de su rival, Hollande llevó a cabo una brillante campaña que desde la más baja posición en las encuestas, lo llevó a la más alta magistratura en unos meses, derrotando de manera sorpresiva al presidente de derecha Nicolas Sarkozy, quien aspiraba a un segundo mandato. El político logró así repetir la hazaña de su mentor François Mitterrand, quien había logrado llevar por primera vez a la izquierda unida a la presidencia en 1981, después de presentarse y fracasar en el intento varias veces.

Ahora Francia vive de nuevo momentos históricos luego de la sorpresiva e insensata disolución neroniana de la Asamblea por el presidente Emmanuel Macron y las nuevas elecciones legislativas del 30 de junio y el 7 de julio de 2024, en las que parte como favorita la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional, grupo racista y xenófobo fundado por fascistas y pro-nazis y heredero de las fuerzas colaboracionistas francesas durante la invasión alemana del país.

Macron, ministro y asesor de Hollande que llegó muy joven a la presidencia a solo 39 años de edad en 2017, después de traicionar a su mentor y realizar una fulgurante campaña en la que argumentaba no ser ni de izquierda ni derecha, fue reelegido en 2022, pero su mandato ha estado agitado por múltiples conflictos sociales, la pandemia y una creciente impopularidad debido a su autoritarismo, arrogancia de tecnócrata perfumado y desconexión con la realidad económica y social del país y con las clases medias, bajas o agrarias.  

Luego de la traición de su discípulo Macron y la hostilidad de casi todo su partido en su contra, Hollande desistió de aspirar en 2017 a un segundo mandato al que tenía derecho y los analistas políticos le decretaron su muerte política, mientras el nuevo joven presidente reinaba como un Júpiter en Francia, antes de que se le atravesara la revolución de los chalecos amarillos, la impopularidad y la derrota apabullante en las elecciones europeas frente a la extrema derecha.

En un acto desesperado, que para muchos era innecesario pues aun quedaban tres años de legislatura y contaba con una buena mayoría relativa, el presidente disolvió la Asamblea haciendo añicos a su partido y a aliados, tendió un tapiz a la extrema derecha para que llegue al poder y a su vez propició una nueva y casi milagrosa unión de las izquierdas bajo el nombre de Nuevo Frente popular.

Al propiciar elecciones legislativas súbitas tomó por sorpresa a los partidos, que tuvieron que organizarse en coaliciones en unos días febriles antes de cerrar el plazo para presentar los candidatos, y ante la polarización todas las figuras tuvieron que tomar partido: o apoyan al tenebroso movimiento fundado por el antisemita Jean Marie Le Pen y liderado por su hija Marine o a la coalición de izquierdas, que va desde los socialistas, comunistas y ecologistas moderados hasta La Francia insumisa, más radical, del fogoso tribuno Jean Luc Mélenchon, que obtuvo 22% de los votos en la pasada elección presidencial.

El astuto Hollande aprovechó la oportunidad y en secreto y en cuestión de horas se hizo nominar como candidato socialista a diputado en su antiguo bastión de Tulle, regresando de lleno a la política y convirtiéndose de nuevo en protagonista y alternativa en medio de la más grave crisis política vivida en el país desde hace décadas.

Sea cual fuere el resultado, Francia entra este domingo en una era de crisis de régimen en la que incluso el país puede ser ingobernable ante la carencia de mayorías claras en el Congreso y la implosión de varios partidos. De resultar victorioso en Tulle, el expresidente Hollande volverá a ser un gran protagonista al lado de otras figuras que maniobrarán en la sombra sin saber todavía lo que deparará el futuro tras el veredicto de las urnas.

 


domingo, 23 de junio de 2024

PARÍS PARA LECTORES EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS

 Por Eduardo García Aguilar

Un delirante tejido concéntrico forma desde lo subterráneo hasta lo aéreo a la imaginaria ciudad de París que pronto invadirán deportistas y turistas en los Juegos Olímpicos 2024. Apeñuscados en la oscuridad, miles de calaveras y esqueletos pueblan el laberinto de las catacumbas, visitadas en especial por seres de ficción y centro de un rito de cavernas. A un lado paralelo, en el subvientre de la ciudad, se extienden las misteriosas cloacas, casi paradisíacas para los precursores del underground. Inmensos roedores, aguas pútridas, canales y túneles mohosos sirven de escenario a las aventuras más escabrosas: seres olvidados de piel mortecina, mendigos sabios, evadidos de prisión y una red de funestos empleados viajan en pequeñas embarcaciones sobre las aguas negras.
 Desde arriba, los expertos lanzan enormes bolas de un material desconocido, encargadas de romper los posibles escollos y dejar la vía libre a la fluidez del líquido. Es posible imaginar el estruendo de la enorme esfera al lograr su máxima velocidad, la devastación que deja a su paso antes de ser capturada de nuevo en otro rincón de la ciudad. En ese intrincado mundo todo es posible, desde el amor hasta la muerte, desde la cofradía hasta el anacoretismo. Algún ser de ultratumba habrá escogido allí un rincón para huir de la hormigueante civilización desplegada sobre el viejo lecho del Sena; amigo ya de las enormes alimañas roedoras descendientes de las que poblaron el mercado de Les Halles, dialogará con ellas y compartirá su soledad, la voz que en ecos se distribuye por los salones de ese mundo paralelo, el chillido amenazante de aquellos bichos de pelambre mojado.
 Escenarios perfectos para una novela maldita o para una historieta con héroes del averno, las catacumbas y las cloacas (albañales, sumideros, alcantarillas, según los diccionarios) pertenecen a la más fina aristocracia de la ciudad, y su arqueología e historia podrían desencadenar torvos pensamientos: allí se concentraría la red de cofrades rebeldes ante el “progreso” de la superficie; en la no-ciudad subterránea se podría desarrollar el engranaje, la maquinaria de un improbable falansterio. De las catacumbas y gigantescas cloacas saldrían los encargados de repoblar una superficie agotada por la guerra.
  El metro centenario es un caso aparte. De entre miles de millones de viajeros podría sacarse material para un museo internacional de gestos y soledades: miradas perdidas de viudas, huérfanos, mujeres abandonadas, reos recién liberados, exiliados, enamorados al borde de la desesperación, solitarios desquiciados por la falta de un cuerpo, militares recién degradados, jóvenes ambiciosos de provincia, aventureros de exóticos países conradianos. Incluso los ciegos saben que allí adentro la mirada es la reina, sea esta huidiza, directa, demencial, vidriosa, lagrimeante, mansa, agresiva. Timbres, sirenas, pasos, carreras, olores, sudores, portafolios, zapatos lustrados, abrigos de un mercado de pulgas, hombres negros, amarillos, blancos, pigmeos, incas, bolsas, monedas, camafeos, prendedores, diademas, aretes de oro con esmeraldas, suciedad, labios pintados de vamps, la risa de un malevo: el metro haría las delicias de un amante de los catálogos.
Walter Benjamin — el melancólico cofrade del exilio que con Roth, Tsvetáieva o Beckett hace parte de la galería interminable de extranjeros habitantes de París — se refiere en su texto “París, capital del siglo XIX” a la formación de otro curioso laberinto de mercancías en la superficie citadina. Al hablar de los almacenes de novedades, predecesores de las grandes tiendas, se refiere a la genealogía del rostro posterior de la ciudad. Con el auge de los textiles, la construcción férrea o de vidrio se desarrolla y llega a su apogeo a mediados de ese siglo XIX. El almacén, la tienda, el pasaje, la galería, constituirá en cierta forma la esencia de la ciudad moderna visitada por los consumidores.
Y ahora hablemos del bistró, rey absoluto de París, vendedor de las más exquisitas mercancías: el alcohol y el café, sin los cuales muchos se atreverían a decir que el esplendor de París no hubiera sido posible. En todas partes existen, pero solo allí cumplen verdadera función. En cada cuadra hay varios de estos receptáculos, con una clientela propia, familiar, respetuosa de los horarios. Patrones alcohólicos de nariz rojiza, dominados por la imponente patrona que observa con cuidado los movimientos de la bulliciosa clientela mientras extrae cerveza o prepara el express, del obrero uniformado que sale del taller y llega a su bistrot o de la asténica pianista cortazariana que bebe y escucha su pasado en la barra del café..
El bistró de París, el gran Rey, el soberano del laberinto, es para el errante inteligente tan sorpresivo como un poblado de la Amazonia donde aborígenes mascan hojas y comen gusanos mojojoy a la luz del crepúsculo. Por tal razón, Rayuela de Julio Cortázar es la biblia de una generación latinoamericana que buscaba desde los años sesenta al París imaginario de los surrealistas y quedó seducida  “lo exótico” de sus calles.
Resta subir a las buhardillas, el otro tejido clave de la ciudad, tan importante como las galerías y los pasajes de Benjamin. Es una ciudad sobre la ciudad, llena de gritos, recuerdos, felicidad y sexo. Construidas inicialmente para la servidumbre, se convirtieron en el habitáculo de estudiantes, extranjeros, perdidos, jóvenes pintores, músicos ambiciosos, pornópatas y cazadores de palomas. Todo eso verán y explorarán los visitantes lectores durante los Juegos Olímpicos. Túneles, concavidades, escaleras de caracol, tapices rodantes, calles empedradas, pasajes, mercados de pulgas, bistrós, grandes almacenes, aceras, parques, iglesias, ruinas, presentes siempre a la vuelta de la esquina.

---

Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 23 de junio de 2024.

*Texto dedicado a los Juegos Olímpicos de París 2024, con elementos del texto Pequeña guía maldita de París, incluida en Urbes luminosas
.