sábado, 30 de diciembre de 2023

EL ESCÁNDALO DE GÉRARD DEPARDIEU

Por Eduardo García Aguilar

El gran actor francés Gérard Depardieu (1948) se ha encontrado las últimas semanas en el centro mediático, inmerso en una violenta polémica nacional que divide a la opinión, políticos y artistas respecto a su comportamiento en materia sexual, sus declaraciones a favor de Fidel Castro, Vladimir Putin y Corea del Norte y su lenguaje soez y vulgar.

Después de la presentación en la televisión del documental Complemento de Investigación donde aparecen fragmentos de una película que filmaba el también polémico escritor Yan Moix en Corea del Norte con el famoso actor, múltiples sectores de la opinión pidieron que se le retiren a Depardieu los honores y condecoraciones como la Legión de Honor e incluso se dejen de ver sus películas, debido a unas declaraciones que a su parecer son machistas, libertinas, groseras y desconsideradas con las mujeres, pero que, según el director del filme, eran ficción.

El escándalo llegó hasta la misma presidencia de la República, ya que el joven mandatario francés Emmanuel Macron habló por televisión muy airado ante todo el país defendiendo a la estrella cinematográfica que "enorgullece a Francia", reivindicó su presunción de inocencia y abogó por evitar su cancelación, pues dijo que "detesta la caza de brujas".

Macron habló después de que la ministra de Cultura hubiera iniciado un proceso para contemplar la posibilidad de quitarle la Legión de honor recibida hace tiempo, lo que significó una humillante desautorización pública a la frágil ministra. Después unas 50 figuras famosas de todos los sectores publicaron una carta donde hablan de los méritos del actor, sin duda uno de los más grandes del último siglo al lado de Jean Gabin, Yves Montand, Alain Delon, Jean Paul Belmondo, entre otros.

Su expareja la actriz Carole Bouquet, quien vivió diez años con él, dijo que jamás fue violento o abusivo con ella y alertó sobre la fragilidad del artista, atacado desde todos los frentes como si fuera un "monstruo", cuando, según ella, es un hombre, que aunque vulgar, malhablado y polémico es una persona generosa, buen amigo, amante de la vida, el arte y la buena mesa.

También salieron en su defensa las míticas Brigitte Bardot, Fanny Ardant y Catherine Deneuve, quienes elogiaron su cualidad como persona y actor. Pero las asociaciones de feministas insistieron en que estaban en curso dos demandas por acoso sexual y violación presentadas por jóvenes actrices o colaboradoras. Y las actividades públicas, presentaciones y conciertos del actor han sido cancelados por temor a manifestaciones en su contra.

La gran actriz Sophie Marceau señaló que Depardieu nunca hostigaba a las grandes estrellas sino a las pequeñas colaboradoras y asistentes durante las filmaciones. Otros recordaron que ya en una ocasión había sido borrado de la lista de posibles candidatos al Oscar de Hollywood por versiones en torno a su comportamiento sexual, muy usual en los tiempos de su juventud en los años 60 y 70, cuando se vivían los tiempos del Peace and Love y la liberación sexual generalizada, representados en la famosa película erótica Les valseuses (1974), de Bertrand Blier, que él protagonizó.

Esos comportamientos de liberación sexual desbordada, usuales y tolerados en aquellos tiempos de sexo, droga y rock and roll perdieron auge y recibieron la estocada final con la caída espectacular del director del FMI Dominique Strauss Kahn en 2011, el auge del movimiento Metoo, el encarcelamiento del superproductor de cine Harry Weinstein y la vindicta pública de notables libertinos como el fotógrafo de adolescentes David Hamilton, quien se suicidó por acusaciones de abusos, el ostracismo del director de cine Roman Polanski, cuyas películas ya ni se estrenan, y decenas de figuras de cine, literatura, televisión, política, finanzas y farándula, entre otros.

El siglo XXI ha significado un cambio radical en la percepción de ciertas costumbres de orden sexual y moral practicadas en Occidente, a lo que se agrega el auge de la crítica al patriarcado milenario, el empoderamiento de las mujeres contra del dominio implacable del hombre sobre ellas a través de la historia, consideradas solo como botín de guerra o moneda de cambio tribal o social, comportamientos por desgracia aun vigentes en la mitad del globo dominado por religiones cavernarias. 

Este siglo también ha significado el empoderamiento y la visibilidad progresivos de los sectores LGTBQ, humillados y perseguidos desde siempre, e incluso lapidados y ejecutados en la actualidad en muchos países africanos, árabes y asiáticos que persiguen la homosexualidad.

Aunque la justicia aun no se pronuncia sobre las denuncias en contra de Depardieu y habrá que esperarr a su veredicto, como lo pide el presidente Macron, lo cierto es que este escándalo hace parte de una ola imparable en la que los varones ya no podrán comportarse ni actuar como ocurría antes de este siglo XXI, e incluso la Iglesia católica ha reconocido y pedido perdón por abusos sexuales cometidos por algunos miembros de su clerecía en el pasado en muchos países del mundo. 
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Publicado el domingo 31 de dieciembre de 2023. La Patria. Manizales. Colombia.



miércoles, 27 de diciembre de 2023

LA RETIRADA DE MARIO VARGAS LLOSA

Por Eduardo García Aguilar

Mario Vargas Llosa (1936) anunció  su retiro de la vida literaria a los 87 años, al cesar la publicación de su columna quincenal en el diario español El País, publicar su última novela de temas peruanos y revelar que ajusta los detalles finales de un libro sobre el escritor francés Jean Paul Sartre, que lo influyó mucho durante su juventud en Perú y sus primeros tiempos parisinos.

El peruano ha sido protagonista de la vida literaria hispanoamericana desde muy joven y gracias a una capacidad de trabajo impresionante y una disciplina a toda prueba, ha creado una vasta obra con múltiples novelas consagradas, libros de ensayos, reportajes y artículos en los que ha abordado a través de las décadas la actualidad mundial.

Además se dio el lujo de aspirar a ser presidente de su país y vivió  la experiencia de una intensa campaña electoral en la que fue derrotado por Alberto Fujimori. Después de obtener todos los premios y honores posibles, decenas de doctorados honoris causa y condecoraciones, logró  al fin la presea máxima, el Premio Nobel de Literatura, que le había sido esquivo hasta entonces y que pensó nunca lograr a causa de sus radicales posiciones derechistas. Caído el Muro de Berlín en 1989, ese obstáculo se derrumbó al fin y desde entonces ese galardón, que antes premiaba a autores hispanoamericanos de izquierda como Neruda y García Márquez, empezó a otorgarse después a autores de derecha como Camilo José Cela, Octavio Paz y Vargas Llosa.

Para lectores y autores de varias generaciones Mario Vargas Llosa siempre ha estado presente desde hace más de seis décadas, infatigable, omnisciente y omnipotente en el escenario cultural y para bien o para mal ha influido en nuestra práctica literaria, irrigando con su fuerza nuestra pasión por las letras.

En mi caso se remonta a los tiempos del bachillerato, cuando cayeron en mis manos sus primeros libros clásicos Los cachorros, La ciudad y los perros, Conversación en la Catedral y Pantaleón y las visitadoras, donde el peruano abordaba con talento la vida real de su país, el ambiente escolar, la bohemia periodística y la pobreza y la violencia ancestrales peruanas. En ese entonces Vargas Llosa era de izquierdas y durante varios años apoyó  a la Revolución cubana hasta alejarse poco después de esa ideología y adoptar el pensamiento liberal.

Después de leerlo uno quedaba impregnado de su prosa y guardo unos cuadernos viejos en los que en cuarto y quinto de bachillerato traté de escribir una novela donde sin duda imitaba su estilo. Por esos años el joven y apuesto Vargas Llosa, cuyo rostro parecía el de un galán de telenovelas, vino a Manizales al Festival Internacional de Teatro latinoamericano y protagonizó  allí una reyerta con muchachos de izquierda que le reclamaban por sus nuevas ideas reaccionarias.

O sea que a todos los escritores latinoamericanos de las generaciones posteriores, el narrador peruano en las capitales y en las ciudades de provincia nos ha inspirado y dado fuerza para escribir, pues sus libros siempre circularon en todo el ámbito de la lengua y fueron traducidos a todas las lenguas posibles. Su actividad infatigable, su ardua lucha para escribir magníficas novelas, algunas de gran calado, y su sinceridad al decir y defender lo que piensa contra viento y marea son un ejemplo para todos. 

El peruano se ha dado el lujo además de enamorarse como un adolescente a los 80 años de edad de la diva filipina Isabel Preysler y vivió con ella un largo romance que terminó mal como muchas historias de amor de telenovela, llenando de chismes y sobresaltos revistas del corazón como Hola y páginas de entretenimiento de los diarios.

O sea que el maestro, después de ese último episodio romántico del que salió chamuscado, ha comprendido que el fin se acerca y con sabiduría prefiere replegarse a sus aposentos privados a pensar en una larga vida de éxitos, fracasos y emociones sin fin. Vargas Llosa es sin duda un pilar fundamental de la literatura en castellano y una figura admirable de rango mundial, excepcional por su precocidad, vitalidad y longevidad pocas veces vistas.

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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 24 de diciembre de 2023. 
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viernes, 15 de diciembre de 2023

CIEN AÑOS DE LA VORÁGINE

Por Eduardo García Aguilar


El próximo año se celebrarán los cien años de la primera edición de La Vorágine en noviembre de 1924, clásico de la novela colombiana y latinoamericana que cuenta cada vez con más admiradores, escrito por el joven abogado y diplomático José Eustasio Rivera (1888-1928), quien murió en Nueva York cuando estaba lleno de planes para escribir nuevas obras, una de ellas sobre el oro negro, y llevar al cine sus historias.

Como tantos otros novelistas del mundo, Rivera escribió su obra maestra antes de los 40 años, década en que se tiene un gran vigor, las neuronas de la imaginación están en plena efervescencia y se está a punto de llegar a una madurez alcanzada por la experiencia de la dura vida y la acumulación apasionada de lecturas. Por lo regular, salvo excepciones como la de Cervantes y su Quijote, las grandes obras maestras que consagran para siempre a los autores fueron escritas entre los 35 y los 40 años de edad y muchos fueron los que pasaron a la historia dejando solo uno o dos libros antes de morir jóvenes.

En otros casos, como el de Juan Rulfo, sus dos obras maestras El llamo en llamas y Pedro Páramo fueron escritas en ese lapso de juventud cuando despuntaba a la literatura recién llegado a la capital desde su provincia natal en los años 50 del siglo pasado, pero a diferencia de otros que desaparecieron proyectando el mito que genera la ausencia, el mexicano sobrevivió a su propia obra y se silenció para siempre como si hubiese quedado mudo por la inesperada gloria.

Debe ser terrible escribir joyas literarias en esa etapa y sobrevivir a ellas hasta la vejez, cargando el éxito como un pesado monolito. Quienes tuvimos la fortuna de coincidir con Rulfo en la Ciudad de México antes de su muerte en 1986 y alcanzamos a verlo por casualidad como un fantasma en la calle, presentaciones, homenajes, cocteles, librerías y cafeterías, lo percibíamos desamparado con sus gruesas gafas oscuras de carey que ocultaban las fuertes resacas que le provocaba su conocido alcoholismo.

Cuando se le preguntó alguna vez a Rulfo lo que le aconsejaba a los jóvenes para escribir novelas, afirmó con toda sencillez campesina que lo más importante era comer mucha carne, pues se necesitaban proteínas para carburar con energía un mundo imaginario lleno de paisajes, personajes y acciones, o sea crear un mundo dentro del mundo, forjar un estilo y armar el andamiaje de los argumentos.

Supongo que Rivera comió mucha carne en sus años juveniles en su calurosa tierra natal del Huila, al sur de Colombia, y cuando recorría el país y las fronteras con Perú, Venezuela y Brasil para delimitarlas en medio de las vicisitudes de la selva, los peligros de los caudalosos ríos y las amenazas de los forajidos que reinaban en ese enorme territorio sin ley de los llanos y las selvas orientales que van hacia el Amazonas, llenas de bichos indomables o mosquitos e insectos que tal vez le inocularon el mal que le provocaba cíclicas convulsiones y delirios maláricos y se lo llevó tan temprano. 

Pero de todas esas aventuras supo hacer un condensado tan vital, que al releer La Vorágine uno vuelve a vivirla con toda su fuerza y velocidad, porque está llena de verdad humana y sus personajes, codiciosos hombres y mujeres solitarios y aventureros en desbandada y la ilegalidad, son absolutamente verosímiles. También hay un tejido de palabras, una música, una fuerza de prosística extraordinaria que puede calificarse de febricitante.

Y no solo se dio el lujo de escribir La Vorágine, sino también esa bella colección de poemas que lleva por título Tierra de promisión, otra pequeña joya clásica de la poesía hispanoamericana que se codea con los grandes poetas continentales modernistas como Rubén Darío, Salvador Díaz Mirón, Julio Herrera y Reissig, Amado Nervo y Leopoldo Lugones, el español Federico García Lorca, y contemporáneos suyos como Vicente Huidobro o un poco menores que él como Pablo Neruda y Jorge Luis Borges que sí cargaron con el monolito de la gloria hasta la vejez.

José Eustasio Rivera, como José Asunción Silva y Alfonsina Storni, y tantos otros escritores y escritoras latinoamericanos que partieron del mundo muy temprano dejando una leyenda, a veces por voluntad propia, sigue haciéndonos viajar por lo más profundo y trepidante de nuestros orígenes tropicales. 

Rivera por fortuna no sobrevivió a su gloria y no tuvo que envejecer cargando la mole como sí les ocurrió a José Vasconcelos, Rómulo Gallegos o el propio Gabriel García Márquez, que en su última década de existencia, aquejado de demencia y olvido, no sabía que era Premio Nobel. En cada escritor hay el augurio de la tragedia, pues la vida, como la naturaleza misma y el universo, es una sucesión cíclica y cataclísmica de catástrofes y sinsabores que no atenúan ni las medallas ni los honores de la gloria o los aplausos de la posteridad. El fin prematuro de Rivera entre fiebres y convulsiones fue injusto y cruel, pero ahora está más vivo que nunca.  
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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 17 de diciembre de 2023.


     


domingo, 10 de diciembre de 2023

LA CATEDRAL RENACE DE SUS RUINAS

Por Eduardo García Aguilar


Después de cuatro años de intensos trabajos la catedral Notre Dame de París se acerca poco a poco a la restauración completa, que será concluida e inaugurada el 8 de diecimbre de 2024.  Desde hace poco ya se puede ver el andamiaje que cubre la aguja central que ardió y se derrumbó con la antigua cúpula medieval de madera construida por artesanos de su tiempo ante el estupor de los parisinos y del mundo aquel fatídico 15 de abril de 2019.

La nueva aguja que acaba de ser izada es idéntica a la diseñada por el arquitecto Eugène Viollet-Leduc, quien restauró la catedral a mediados del siglo XIX y cuenta en su cima con una corona, una cruz y un gallo final que culminan en la punta, a una altura de 96 metros. Los curiosos acuden en estos tiempos de fiestas navideñas a ver el andamiaje desde los barrios y calles aledañas y el presidente francés Emmanuel Macron visitó este viernes las obras para corroborar que todo se cumplirá en la fecha programada. 

La iglesia devastada tuvo que ser limpiada primero de sus escombros e incluso varios robots trabajaron para retirar objetos cuando aun los trabajadores no podían ingresar a los amplios espacios internos aun frágiles y con riesgo de que desde las alturas se desprendieran muros, piedras, metales u objetos. Un ejército de arqueólogos, arquitectos, expertos, historiadores, ebanistas, artesanos, artistas conformaron un equipo que a lo largo de estos años ha cumplido una tarea científica que ha traído sorpresas y descubrimientos y develado nuevas técnicas en materia restaurativa. Además del nuevo entramado de madera de la cúpula y la flecha, se reemplazarán seis enormes vitrales del siglo XIX que serán realizados por los artistas contemporáneos que ganen la convocatoria para dejar una huella de esta época hacia los siglos.  

La catedral fue construida entre los siglos XII y XIV y a lo largo de casi un milenio ha sido centro simbólico de la ciudad, lugar de bautizos, bodas, coronaciones y ceremonias que han marcado la historia del país e inspirado múltiples obras, entre ellas la novela de Victor Hugo Nuestra Señora de París, verdadero emblema literario nacional. En Gargantúa y Pantagruel de Rabelais, el obeso gigante se sube a sus torres para escandalizar a los parisinos.

Hay otras catedrales góticas notables en toda Europa como las de Colonia o Estrasburgo, joyas increíbles que encarnan la fuerza estética de una época enfrentada a la eternidad, ya que la construcción minuciosa de estas moles de piedra tardaba siglos e involucraba a varias generaciones.

Cuando se vieron las llamas devorar Notre Dame la conmoción fue total, ya que nadie podía imaginar que una catástrofe de esta índole pudiera afectarla y durante unas horas, mientras los bomberos luchaban contra el fuego, había incertidumbre sobre la posibilidad de un derrumbe total si una de las torres laterales cedía, arrastrando en su caída todo el monumento.

Los bomberos enviaron a un equipo suicida a esa torre, con la consigna de salvarla, pero a sabiendas que en su tarea heroica podían perecer. Solo después de medianoche se conoció el éxito de la misión y el público agolpado que observaba la tragedia desde cerca, junto a  los puentes o en las riberas del río Sena, pudo al fin suspirar aliviada.

Me enteré de la noticia al instante al observar en la tarde las imágenes transmitidas en directo por la televisión en un bistrot popular donde la gente especulaba sobre si se trataba de un atentado islamista o un incendio accidental. Entonces no dudé en tomar el metro y acercarme al lugar para ver desde la otra orilla del río, debajo de un puente desde donde había una excelente vista, la evolución de la situación a lo largo de las horas, hasta el desenlace final, cuando las autoridades anunciaron que tenían controlado el fuego aunque la destrucción parcial era un hecho.

Debajo de los puentes o en las calles aledañas se veía a los citadinos de todas las edades y orígenes paralizados y en silencio ante las llamas que devoraban el templo y las altas escaleras de bomberos desde donde se lanzaban poderosos chorros de agua. Sin duda el momento era histórico e incluso en algunas esquinas o plazas los fieles católicos cantaban, oraban o interpretaban música clásica para tratar de conjurar la pesadilla. Podía uno imaginarse entonces escenas similares ocurridas a lo largo de los siglos en otras ciudades o pueblos europeos que vieron arder sus templos centrales o pulverizarse barrios enteros construidos siglos antes por sus ancestros medievales con motivo de guerras o asonadas.         

Cuando supimos que no se derrumbaría, muchos acudimos a celebrar a alguno de los bares o restaurantes que permanecían abiertos para atender a la muchedumbre de curiosos que invadieron las inmediaciones, especialmente en el lado izquierdo de la ciudad por el Boulevard Saint Michel. Ahí brindamos con vino por la tarea de los bomberos que acudieron prestos a salvar la catedral, un poema encarnado de piedra que en un año volverá a recibir a millones de visitantes de todo el mundo.
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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 10 de diciembre de 2023.

 


   
 





sábado, 2 de diciembre de 2023

MITO Y SOMBRA DE HENRY KISSINGER

Por Eduardo García Aguilar

Varias generaciones aun sobrevivientes de analistas, académicos, periodistas y políticos del mundo entero estuvieron al tanto de las acciones y la fama creciente del recién fallecido Henry Kissinger (1923-2023), el Metternich estadounidense practicante de la realpolitik y figura clave para su país de adopción durante el largo periodo de la Guerra Fría y aun después.

Todas las potencias mundiales en la historia de la humanidad han conservado este tipo de eminencias grises al lado del monarca y en los pasillos del poder, que como Maquiavelo, Mazarino, Richelieu, Colbert, Talleyrand, Fouché, Rasputín y tantos otros actuaban en las sombras aconsejando a reyes y gobernantes en el arte de evitar o iniciar guerras y de conjurar las amenazas de los enemigos. 

Todos ellos encendían y apagaban conflagraciones buscando el interés mayor de las potencias para las que trabajaban fueran China, Japón, Inglaterra, Francia, Rusia, el Imperio Austrohúngaro, España, Estados Unidos o la Unión Soviética. Muchas veces, como el propio Kissinger en Vietnam y Camboya, a sabiendas de que sabían la guerra perdida, la prolongaban para sacar algún beneficio adicional de la catástrofe, causando la muerte de miles de soldados enviados al frente y cientos de miles civiles, entre ellos niños y mujeres en los territorios ocupados.

Las eminencias grises actúan fríamente a nombre de la realpolitik como Kissinger, guiados por los intereses que sirven y ven el mundo como un tablero de ajedrez donde los sentimientos están prohibidos. Hace poco, antes de cumplir sus cien años, Kissinger fue recibido por el líder comunista chino Yi Xiping en un nuevo encuentro histórico que recordaba que fue él quien propició la cumbre entre el presidente Richard Nixon y Mao Tse Tung, abriendo así una nueva e inédita etapa de entendimiento entre las dos grandes potencias enemigas. También propició momentos de distensión con la Unión Soviética en tiempos de Brezhnev, por lo que se le considera un gran protagonista de la guerra fría, personaje que ha pasado a la historia al lado de otros cancilleres famosos de la humanidad.

Además de la devastadora guerra de Vietnam y la matanza en Camboya, Kissinger fue también el artífice del sangriento golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende en Chile y el ascenso del tenebroso dictador Augusto Pinochet, ya que él consideraba que su llegada al poder por elecciones democráticas era aun más peligrosa para Occidente y beneficiaba a la larga a la Unión Soviética y sus intereses mundiales.

Nacido de Bavaria en 1923, el inmigrante que llegó niño a Estados Unidos poco después de la la tenebrosa Noche de los cristales rotos propiciada por los nazis en Alemania, que anunciaba los horrores futuros del hitlerismo, se destacó desde muy temprano como brillante analista geopolítico y a los 27 años creó la revista Confluencia en la que colaboraron grandes figuras liberales alemanas como Hanna Arendt y Arthur Shlessinger, entre otros, que vieron de niños el fin de la República de Weimar y el ascenso nazi gracias al voto democrático de su pueblo. Nunca abandonó su marcado e inconfundible acento germano, pero quienes lo conocieron dicen que era el más estadounidense de los estadounidenses.

Brillante estudiante de la Universidad de Harvard y autor desde muy temprano de libros reconocidos sobre Metternich, Spengler y Toynbee y sobre temas de poder y estrategia nuclear, Kissinger fue habitual de los gabinetes secretos en Washington, primero de candidatos fallidos a la presidencia, hasta el triunfo de Nixon, quien lo aupó a la Secretaría de Estado (1973-1977) y llegó a la fama mundial e incluso a obtener el Premio Nobel de la Paz en 1973.

Este año Kissinger seguía dando entrevistas y conferencias y viajando por el mundo, dotado de total lucidez hasta el punto de disertar sobre los conflictos crecientes de estos últimos años, con los que se están definiendo los rumbos del planeta para las próximas décadas. 

Sin duda como experto en conflictos comprendía muy bien lo delicado de la situación actual del planeta. Una de sus consignas es que las guerras pueden ser menos devastadoras si son conducidas por adversarios realistas pragmáticos y no por bandos fanáticos de idealistas o utópicos. Como liberal a ultranza, consideraba que la sociedad capitalista, para él libre, era mucho más revolucionaria que una sociedad socialista inspirada en los ideales del siglo XIX. Odiado y admirado, Kissinger ha muerto centenario este miércoles y sin duda será estudiado en el futuro en las aulas de las facultades de ciencias políticas y gobierno del mundo. 
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Publicado en La Patria. Manizales. Colombia. Domingo 3 de diciembre de 2023.